TDAH y obesidad: ¿Qué relación tienen?
El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es una condición neurológica que afecta la capacidad de concentración. La obesidad es una enfermedad crónica caracterizada por un exceso de grasa corporal que puede derivar en múltiples problemas de salud.
Aunque parecen condiciones independientes, ciertas investigaciones han señalado una posible relación entre el TDAH y la obesidad.
En este artículo abordaremos la relación entre el TDAH y la obesidad. Conoce los factores que pueden contribuir a que las personas con este trastorno tengan más dificultades para controlar su peso. Además, apunta recomendaciones prácticas para gestionar la obesidad en individuos con TDAH.
¿Qué es el TDAH?
TDAH son las siglas para Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, lo que comprende un trastorno mental o neurobiológico que afecta a niños y adultos. Como su nombre lo indica, se caracteriza por una falta de atención, hiperactividad e impulsividad lo que altera la capacidad de concentración y control de los impulsos.
Esta afección puede dificultar la realización de tareas cotidianas, como estudiar, llevar una vida familiar o laboral saludable e incluso establecer hábitos alimenticios. Se suele diagnosticar en la infancia, pero los síntomas del TDAH pueden continuar en la edad adulta.
Existen tres tipos de TDAH: el predominantemente inatento, que le cuesta seguir indicaciones, el predominantemente hiperactivo e impulsivo, que debe estar en movimiento y no puede controlar sus acciones y palabras, el combinado.
Debido a la complejidad de la condición, saber cómo diagnosticar TDAH puede ser un reto. Se incluye valoración física, análisis de los antecedentes familiares, pruebas psicológicas y test para saber si tienes TDAH que permitan evaluar la severidad de los síntomas.
¿Qué es la obesidad?
La obesidad es una enfermedad multifactorial que se define por un índice de masa corporal (IMC) superior a 30. Puede estar causada por estilo de vida y diversos factores genéticos, ambientales, patológicos, psicológicos, y conductuales.
Está asociada a una serie de problemas de salud, como enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, hipertensión, problemas articulares, entre otros. También, puede afectar la calidad de vida y la salud mental.
Obesidad: síntomas, causas, riesgos y tratamientos
¿La obesidad es frecuente entre pacientes con TDAH?
Estudios apuntan que la relación entre el TDAH y la obesidad es bidireccional. Las personas con TDAH pueden tener mayor riesgo de desarrollar obesidad, ya que las dificultades para controlar los impulsos pueden afectar sus hábitos alimenticios, el nivel de actividad física y la percepción de su imagen corporal.
Por su parte, la obesidad podría intensificar los síntomas del TDAH debido a factores como la inflamación, el desequilibrio hormonal y el impacto negativo en la autoestima. Además, en ciertos pacientes, el tratamiento para la obesidad suele ser más lento debido a los factores conductuales que afectan la regulación del apetito y los hábitos alimenticios.
Otras investigaciones sugieren que un IMC elevado de la madre gestante y las influencias ambientales desde antes del nacimiento, incrementa el riesgo de TDAH en los hijos. Aunque es una relación que se encuentra en estudios, la evidencia demuestra que sí es frecuente la obesidad en pacientes con TDAH.
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¿Qué relación existe entre el TDAH y la obesidad?
Existen varias razones por las cuales el TDAH y la obesidad pueden estar relacionados. Dentro de los más destacados se pueden mencionar:
Tratamientos para el TDAH
El trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) y los tratamientos utilizados para controlarlo se asocian con la obesidad. La razón es que las medidas aplicadas pueden reducir el apetito en muchos individuos, sin embargo cuando el efecto pasa, el deseo por comer vuelve con más fuerza.
Además, a muchos pacientes se les indica otras acciones para tratar una comorbilidad en el TDAH, o un trastorno simultáneo como la depresión, lo que incrementa la apetencia.
Déficits de las funciones ejecutivas
Las funciones ejecutivas como la planificación, el autocontrol y la toma de decisiones, suelen estar afectadas en personas con TDAH. Esto puede llevar a una alimentación desorganizada, dificultades para hacer actividad física y otros aspectos clave de un estilo de vida saludable. Además, al ser individuos con predisposición a ser impulsivos, puede llevarlos a comportamientos como comer en exceso, tener atracones y elegir alimentos poco saludables.
Búsqueda constante de recompensas
La búsqueda de gratificación instantánea en personas con TDAH, quizás por la poca tolerancia a la frustración y la predisposición a desarrollar adicciones, puede llevar a comer por impulso. Esto se puede traducir en una alimentación alta en azúcar, grasas perjudiciales y alimentos procesados.
En individuos con TDAH y obesidad, resistirse a los impulsos por comer puede ser un desafío, lo contribuye a empeorar la condición de sobrepeso.
Depresión y ansiedad
Tanto en pacientes con obesidad como en individuos con TDAH es posible encontrar depresión y ansiedad, es decir, son condiciones que coexisten. Ambos trastornos pueden llevar a la persona a buscar consuelo en la comida, lo que se conoce como alimentación emocional. Buscar calmar la ansiedad por comer y/o la tristeza puede llevar a un aumento del consumo calórico o un trastorno por atracón y, con el tiempo, a un incremento de peso.
Genética
Mucho se ha estudiado la obesidad y genética para considerar los factores hereditarios en el aumento de peso, aspectos que influyen en el desarrollo de TDAH. Estudios indican que variantes del gen NPY puede causar obesidad en la familia ya que tiene funciones moduladoras en el control del balance energético y la conducta, incluyendo la conducta alimentaria. A este mismo gen se le atribuyen casos de TDAH.
Mala alimentación
Individuos con TDAH y obesidad tienen mayor predisposición a llevar una mala alimentación. Alimentos considerados sabrosos, como los grasos, azucarados y salados son baratos, fáciles de obtener y preparar, lo que refuerza la recompensa inmediata. Además, los snacks, la comida rápida y las bebidas con alta densidad de azúcar o cafeína activan el placer inmediato, lo que los hace optar por esta opción.
Por otra parte, es común que se salten las comidas o tengan dificultades para planificar la alimentación con antelación. Esto contribuye al aumento de peso.
Insomnio y apnea del sueño
El insomnio y la apnea del sueño pueden afectar negativamente al TDAH y a la obesidad. Por lo general, los individuos con TDAH tienen mayor dificultad para conciliar el sueño, lo que dificulta el descanso y conlleva un mayor estado de irritabilidad, inquietud e inatención.
Todo ello favorece la alteración de hormonas, como la grelina y la leptina que regulan el apetito, generando un mayor consumo de alimentos y con ello un mayor riesgo de obesidad. Además, la fatiga puede causar un apetito voraz que lleva a comer de más.
Enfermedades que produce la obesidad
Sedentarismo
Aunque parezca contradictorio, las personas con TDAH suelen ser más sedentarias. Esto obedece a que tienen mayor dificultad para mantener una rutina de ejercicios debido a la falta de concentración, motivación o impulsividad. Al combinarse con insomnio, tratamientos y mala alimentación, hace que la condición de obesidad se agrave e incremente la intensidad de los síntomas.

¿Cómo bajar de peso teniendo TDAH?
Individuos con TDAH y lucha contra la obesidad, deben seguir un enfoque integral que aborde los problemas de salud mental y física. Algunas recomendaciones incluye:
Planifica las comidas
Una forma de tratar el TDAH y obesidad es planificando las comidas y creando una rutina alimentaria. Es posible desarrollar un horario indicando los momentos para comer y los alimentos que corresponden. Por ejemplo, los lunes desayuno con huevos y tomates, almuerzo pastel de carne y cena ensalada. Evita los desencadenantes, como los restaurantes con bufé, para no tener que enfrentarte a decisiones impulsivas.
Mejora poco a poco tu alimentación
Realiza pequeños cambios que puedan ser sostenibles con el paso del tiempo. Por ejemplo, empieza por incorporar más frutas, verduras y alimentos integrales en la alimentación, y reduce gradualmente los alimentos procesados y azucarados. No elimines por completo algún alimento favorito, ya que la privación puede hacer que lo desees más y puede llevar a comer por impulsividad.
Establece una rutina de sueño poco a poco
El TDAH y obesidad en mujeres u hombres cursa con problemas de sueño, el cual afecta el bienestar en general. Establece una rutina de sueño constante y de calidad, ya que el descanso adecuado puede ayudar a regular las hormonas, grelina y leptina, que controlan el apetito. Además, puedes mejorar el estado de ánimo.
Mejora tu actividad física con ejercicios simples y sencillos
Establecer nuevas rutinas de ejercicio puede parecer cuesta arriba al principio, sin embargo, después se vuelve costumbre. Para establecer hábitos, comienza con ejercicios simples, como caminar, andar en bicicleta o practicar yoga por al menos 20 minutos al día y ve incrementando de a poco.
También, puedes cambiar el ascensor por las escaleras o caminar al trabajo. Podrás sentir como mejora la concentración y reduce la impulsividad asociada al TDAH.
Tratamiento del TDAH
Abordar el TDAH mediante terapias de conducta, entrenamiento en habilidades sociales y medicación, puede facilitar la pérdida de peso. Mantener un plan de tratamiento del TDAH permite ser más consistente en la reducción del peso debido a que se controla la impulsividad, la falta de atención e insomnio.

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