Tratamientos para la obesidad: ¿Cuáles existen y cuál es el mejor para ti?
Sabemos que la obesidad es un desafío complejo que afecta a millones de personas, pero también estamos aquí para decirte que hay muchas maneras de enfrentar este problema y, sobre todo, superarla.
Queremos ser tu guía hacia el cambio que estás buscando, por eso te hablaremos de diversos tratamientos por los que puedes optar que pueden ayudarte en la pérdida de peso.
Desde tratamientos médicos hasta rutinas de ejercicio y alternativas quirúrgicas, exploraremos las herramientas que tienes a tu alcance para tomar el control de tu salud.
¡Comencemos!
Nota: Todos los tratamientos deben ser indicados por un profesional de la salud, evaluando la condición de cada paciente y determinando cuál es el mejor tratamiento.
Una alimentación más sana para perder peso
Cuando hablamos de la alimentación para perder peso todos suelen pensar en “dejar de comer por una dieta”, pero la verdad es que es un error.
Estos 2 aspectos son fundamentales para perder peso de manera satisfactoria sin que se vuelva un tormento la hora de tu comida. Pero mejor veámoslo con un poco más de detalle.
Dietas para bajar de peso
Existe una larga lista de dietas: keto, carnívora, vegetariana, vegana, etc. pero todas y cada una de ellas tienen el mismo problema: son demasiado restrictivas.
Tomar una dieta restrictiva te puede hacer perder peso, pero no suele ser sostenible. Por lo que generalmente producen efecto rebote.
Lo mejor es realizar cambios en tu alimentación actual introduciendo alimentos de mayor calidad nutricional poco a poco y controlando las porciones para lograr así un déficit calórico, sin que tengas que sufrir hambre.
¿Qué cambios puedes hacer en tu alimentación para perder peso?
Tener una alimentación balanceada es esencial para mantener un peso saludable. Te contamos ahora algunos de los pilares que deben sostener tu alimentación para que sea saludable.
Reducción de azúcares y carbohidratos refinados
Los azúcares y carbohidratos refinados elevan rápidamente el nivel de glucosa en la sangre, lo que provoca picos de insulina. Esto no solo favorece el almacenamiento de grasa, sino que también puede aumentar el hambre y la tendencia a los antojos.
Evitar alimentos como refrescos, galletas, y pan blanco ayuda a reducir estos picos de insulina y a controlar el apetito. Reemplazar estos carbohidratos por versiones integrales, como arroz integral, pasta de trigo entero, o quinoa, te dará energía de liberación lenta, mejorando la saciedad y ayudando a mantener el control sobre las porciones.
Nota: no es necesario que te cohíbas completamente de estos alimentos. Opta por opciones más sanas y nutritivas. Darte un gusto de vez en cuando no debería afectar una alimentación sana.
Aumento de proteínas magras
La proteína es fundamental para mantener la masa muscular mientras pierdes peso, especialmente cuando estás en un déficit calórico. La ingesta de proteínas magras, como pollo sin piel, pescado, huevos y legumbres, te ayuda a sentirte lleno por más tiempo y reduce el riesgo de pérdida muscular.
Los estudios muestran que una dieta rica en proteínas puede aumentar la termogénesis (quema de calorías durante la digestión) y disminuir los antojos, lo que la convierte en un gran aliado para el control de peso.
Más fibra en la dieta
La fibra no solo ayuda en la digestión, sino que es clave para mantener la saciedad y mejorar la microbiota intestinal, la cual desempeña un papel importante en el metabolismo y la regulación del apetito.
Consumir alimentos ricos en fibra, como frutas, verduras, legumbres y granos enteros, ralentiza la digestión, permitiéndote sentirte lleno durante más tiempo y evitando picos de glucosa en sangre. Además, la fibra ayuda a reducir el colesterol y promueve una salud intestinal óptima, lo cual es clave para el bienestar general.
Consumo moderado de grasas saludables
Las grasas saludables son necesarias para diversas funciones corporales, incluida la absorción de vitaminas esenciales. Aunque son densas en calorías, incluir grasas saludables en la dieta, como aguacate, aceite de oliva, y frutos secos, puede ser beneficioso para la saciedad y la salud cardiovascular.
Consumir grasas saludables en porciones moderadas también puede reducir los antojos de alimentos altos en grasas no saludables y mejorar el perfil lipídico, reduciendo el riesgo de enfermedades del corazón.
Control de porciones
El control de porciones es clave para evitar el exceso de calorías. Algunas estrategias efectivas incluyen:
Usar platos más pequeños: esto puede ayudarte a reducir las cantidades sin sentir que estás comiendo menos.
Comer lentamente: al masticar bien y tomar tu tiempo, le das a tu cuerpo la oportunidad de percibir cuando está satisfecho, lo que puede prevenir el exceso de comida.
Planificación de comidas: preparar las comidas con anticipación ayuda a evitar elecciones impulsivas o el consumo de alimentos poco saludables.
Consumir una cantidad suficiente de proteína al día.

Actividad física, ejercicios y rutinas para perder peso
Aumentar tu actividad física es esencial para ayudarte a perder peso. Y es que realizar actividad física no solo te ayudará a quemar calorías, sino también mejorar tu salud cardiovascular, fortalecer los músculos y contribuir a tu bienestar mental.
No es necesario que vayas a un gimnasio ni que empieces con rutinas demasiado intensas. Lo importante es empezar de a poco y tomar el hábito de hacer actividad física con regularidad.
La combinación de actividades cardiovasculares, ejercicios de fuerza y estiramientos permite equilibrar el programa de entrenamiento, obteniendo múltiples beneficios. Aquí tienes formas de incluir variedad:
Fuerza: los ejercicios de fuerza, como el levantamiento de pesas, el uso de bandas de resistencia o o in incluso utilizando el peso corporal, ayudan a fortalecer los músculos y a aumentar la densidad ósea. Alternar entre distintos grupos musculares y tipos de resistencia añade dinamismo a tu rutina; y te permitirá fortalecer todo tu cuerpo en general. Los ejercicios de fuerza deben tener mayor prioridad en cualquier entrenamiento para la pérdida de peso, ya que la formación del musculo aumenta la energía, promueve la quema de calorías y favorece la pérdida de peso incluso en reposo.
Cardio: incluir ejercicios cardiovasculares, como correr, nadar o hacer ciclismo, mejora la resistencia y la salud cardiovascular. Además, puedes variar entre sesiones de intensidad alta y baja para trabajar diferentes capacidades.
Flexibilidad y movilidad: incorporar estiramientos y ejercicios de movilidad, como yoga o pilates, mejora la flexibilidad y ayuda a prevenir lesiones. Puedes hacer sesiones dedicadas a la flexibilidad o añadir estiramientos después de cada sesión de entrenamiento.
Al mantener estos principios en tu programa de ejercicios, aumentas las probabilidades de mantener el hábito a largo plazo, de alcanzar tus objetivos y de disfrutar del proceso de ejercitarte.
Nota importante: recuerda siempre hacer ejercicios que vayan acorde a tus capacidades y comenzar de a poco. Es preferible, incluso, si cuentas con la ayuda de un entrenador personal. De esa manera, evitarás desanimarte o lesionarte en el proceso. Empieza de a poco con la frecuencia que veas conveniente. Tu principal objetivo no debe ser tomar el hábito de hacer ejercicio.
Consejos para aumentar tu actividad física exitosamente
¿Sabes cuál es el mayor problema al comenzar a perder peso cuando tienes obesidad? La desmotivación, ver el largo camino que aún hay por delante, lo difícil o atemorizante que resulta ir a un gimnasio por primera vez.
Sin embargo, hay muchas cosas que puedes hacer desde casa y que puede mejorar enormemente tu salud. Te daremos algunos consejos para que puedas aumentar tu actividad física física sin sentirte frustrado o desanimado en el camino.
Constancia
La constancia es el pilar fundamental de cualquier programa de ejercicios. Realizar actividad física de forma regular permite que el cuerpo se adapte y mejore en rendimiento, fuerza y resistencia.
Las recomendaciones generales de 150 minutos de actividad física moderada a la semana pueden cumplirse con sesiones de 30 minutos, cinco días a la semana, o divididos en bloques más cortos.
Siempre es importante que adaptes tu actividad física a tus capacidades. Al principio lo más importantes que cojas el hábitos de realizar actividad física.
Algunos consejos para mantener la constancia incluyen:
Establecer una rutina diaria: incorporar el ejercicio en un momento específico del día, como en la mañana o después del trabajo, ayuda a convertirlo en un hábito.
Medir y registrar el progreso: llevar un registro de tus sesiones, como las repeticiones realizadas o los minutos de ejercicio, te ayuda a visualizar tu avance y motiva a mantener la consistencia.
Empezar de a poco: si estás iniciando, no es necesario sobrecargar el cuerpo. Es preferible empezar con sesiones cortas y aumentar la duración y la intensidad progresivamente.
Dedicación
La dedicación, por otro lado, en un programa de ejercicios se logra estableciendo metas claras y un compromiso genuino. Tener un propósito específico, ya sea mejorar la salud, ganar fuerza o perder peso, te permitirá concentrarte en los resultados y fortalecer la voluntad para perseverar.
No siempre tendrás motivación. Pero la dedicación te ayudará a coger el hábito poco a poco, aunque no siempre te sientas animado.
Fijar metas realistas y alcanzables: objetivos claros, como "hacer ejercicio tres veces a la semana durante un mes", ayudan a crear una sensación de logro. Cada vez que alcanzas un objetivo, la motivación aumenta.
Planificar un horario fijo: apartar un tiempo específico para el ejercicio y verlo como una prioridad te ayudará a evitar excusas y a comprometerte con tu bienestar.
Buscar apoyo o un compañero de entrenamiento: hacer ejercicio con un amigo o en un grupo puede ser muy motivador, ya que se generan compromisos compartidos que aumentan la dedicación al programa.
Sé flexible contigo mismo: un día libre no acabará con tu rutina ni arruinará tu progreso. Tómate el tiempo que necesitas para descansar, recompensarte con una película o serie durante un día y vuelve motivado con tu rutina. No hay problema si un día no te apetece a hacer ejercicio, eso no debería perjudicar los resultados.
La cirugía bariátrica para bajar de peso
La cirugía bariátrica ha tomado mucha popularidad en el medio y está más que nada destinada a personas con obesidad severa o que no han logrado resultados con otros tratamientos.
Existen diferentes procedimientos, y cada uno ofrece sus propios beneficios y riesgos, por lo que es importante, por no decir, indispensable; conocer cada uno de ellos para evitar malas decisiones.
Tipos de cirugía bariátrica
Bypass gástrico: este procedimiento reduce el tamaño del estómago y desvía una parte del intestino, lo que limita la absorción de calorías.
Manga gástrica: en este procedimiento, se elimina una gran parte del estómago, dejando una sección en forma de tubo o “manga”. Este método limita la cantidad de alimentos que se pueden consumir y reduce el hambre.
Balón intragástrico: consiste en insertar un balón en el estómago, que se llena de líquido o aire, ocupando espacio y provocando sensación de saciedad.
Beneficios de la cirugía bariátrica
Reducción significativa y rápida del peso.
Mejora en enfermedades relacionadas con la obesidad, como la diabetes y la hipertensión.
Reducción del riesgo de complicaciones de salud a largo plazo.
Inconvenientes de la cirugía bariátrica
Se trata de un procedimiento invasivo, que requiere hospitalización y conlleva riesgos quirúrgicos.
Implica cambios drásticos en la alimentación y el estilo de vida, con una dieta restringida y complementos alimenticios a largo plazo.
Riesgo de efectos secundarios, como deficiencias nutricionales, malestar gastrointestinal y complicaciones postoperatorias.
Advertencia: la cirugía bariátrica no está indicada para todos los pacientes. Solo para grados de obesidad más altos, con riesgos de salud y que tienen dificultad para perder peso con otros métodos. No es la primera alternativa que deberías considerar.
Tratamientos psicológicos para bajar de peso
Los factores psicológicos juegan un papel importante en la pérdida de peso. Muchas personas recurren a la comida como un mecanismo para lidiar con el estrés, la ansiedad o la depresión, lo que puede dificultar el proceso de pérdida de peso. La terapia cognitivo-conductual (TCC) es uno de los enfoques más efectivos para tratar estos aspectos emocionales.
Principales técnicas en los tratamientos psicológicos para la pérdida de peso
Identificación de factores desencadenantes: la TCC ayuda a los pacientes a identificar los desencadenantes emocionales que los llevan a comer en exceso o a recurrir a alimentos poco saludables.
Modificación de patrones de pensamiento: los terapeutas trabajan con los pacientes para cambiar pensamientos negativos y autocríticos que dificultan la motivación y el cumplimiento de los objetivos.
Mindfulness o atención plena: la práctica de mindfulness permite a las personas ser conscientes de sus emociones y de sus sensaciones físicas de hambre y saciedad, lo que reduce la probabilidad de comer impulsivamente.

¿Cuáles son los problemas comunes en la mayoría de los tratamientos?
Los tratamientos para la obesidad, aunque efectivos, pueden presentar desafíos, muchas veces la mayoría de ellos somos nosotros mismos: falta de motivación, depresión, ansiedad; aspectos comunes en las personas con obesidad o sobrepeso. Veamos los problemas más comunes en cada uno de estos métodos para perder peso de los que hemos hablado.
Falta de motivación
Es común que las personas pierdan la motivación después de un tiempo. Para mantener el entusiasmo, es recomendable establecer metas a corto plazo, celebrar los logros pequeños y rodearse de apoyo familiar o de amigos.
Estancamiento en la pérdida de peso
En algunos momentos, la pérdida de peso puede detenerse, lo que se conoce como “meseta”. Para superarla, puede ser útil variar la rutina de ejercicios, ajustar la ingesta calórica o trabajar en técnicas de reducción del estrés.
Dificultad para adaptar la dieta
Cambiar hábitos alimenticios puede ser complicado. Y optar por dietas radicales solamente causa frustración y efecto rebote a mediano y largo plazo.
Lo ideal es contar con la ayuda de un profesional que nos ayude con tomar hábitos alimenticios de a poco y sin restricciones que facilite la pérdida de peos.
Efecto rebote y/o recaídas
El efecto rebote es ocurre cuando las personas recuperan peso a causa de depender de algún tratamiento novedoso o por dietas restrictivas insostenibles en el tiempo.
Falta de apoyo
Una de las cosas más difíciles de bajar de peso es hacerlo solo. La pérdida peso está llena de muchos altibajos, y hacerlo solo, es bastante difícil. Por eso, contar con amigos o familiares que nos apoyen hace la diferencia. Y si recibimos apoyo profesional que constantemente nos esté ayudando, asesorando y motivando durante todo el proceso, mucho mejor.
Baja de peso con resultados duraderos y sin restricciones
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Con tratamientos personalizados y cambios de hábitos progresivos sin restricciones ni gimnasio, bajar de peso peso es mucho más sencillo.
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