Obesidad infantil: Causas, síntomas, prevención y tratamiento
La obesidad infantil es una enfermedad crónica caracterizada por un exceso de grasa corporal que afecta negativamente la salud y el bienestar de los niños.
Es una condición que ha aumentado significativamente en los últimos años, debido a los nuevos hábitos que se consolidan en la población infantil, convirtiéndose en un problema de salud pública de gran relevancia a nivel mundial y en España.
Aunque la cifra de obesidad infantil ha bajado considerablemente en España, es notoria que esta se manifiesta en niños de familias con rentas más bajas, ya que las calorías que consumen se obtienen de alimentos ricos en azúcares y grasas trans.
Asimismo, es importante resaltar que la obesidad infantil no solo tiene implicaciones físicas, sino también psicológicas y sociales, lo que subraya la importancia de abordarla desde una perspectiva integral.
¿Qué es la obesidad infantil?
La obesidad infantil es una condición crónica y grave que afecta a los niños, en la que se acumula grasa de forma excesiva por un desbalance entre la ingesta de calorías y su pérdida.
Se habla de obesidad infantil cuando el pediatra nota un desequilibrio en el índice de masa corporal (IMC), una incongruencia entre la altura y el peso del niño.
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Tipos de obesidad infantil
Podemos clasificar la obesidad infantil en diferentes tipos según sus causas y características:
Obesidad exógena: Es la más común. El 95% de los casos de obesidad infantil son de este tipo, con un origen multifactorial. Principalmente se padece por la acumulación de tejido adiposo producto de malos hábitos alimenticios y falta de actividad física.
Obesidad endógena: El restante de los casos, el 5% se encuentra en este tipo. Aquí la causa es la presencia de alguna condición de salud previa, generalmente genética, lo que luego existe en comorbilidad con la obesidad.
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Causas de la obesidad infantil
La obesidad infantil es una condición multifactorial, influenciada por una combinación de factores ambientales, genéticos, psicológicos y sociales.
Es fundamental comprender las causas de la obesidad infantil para abordar el problema de manera efectiva e integral, junto a los médicos especialistas.
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Alimentación
La alimentación es un factor crucial y una de las causas de la obesidad infantil. El consumo excesivo de alimentos ricos en calorías, azúcares refinados y grasas saturadas, como dulces, bebidas azucaradas, comida rápida y snacks, es una de las razones por la que ocurre la obesidad infantil.
Además, las porciones grandes y la falta de opciones saludables en el hogar también contribuyen al aumento de peso.
También, el consumo desmedido de algunas comidas o la falta de ellas durante el día, contribuyen sustancialmente a una alimentación poco saludable.
Falta de ejercicio
Un estilo de vida sedentario, caracterizado por la falta de actividad física, es otro factor clave en la obesidad infantil.
Generalmente, los niños que pasan largas horas frente a pantallas (televisión, videojuegos, dispositivos móviles) tienen menos oportunidades de quemar calorías, ya que no mantienen activo el cuerpo a través de actividades físicas.
La falta de espacios seguros para jugar al aire libre también puede limitar sus opciones para realizar ejercicio.
Además, si existe comorbilidad con alguna otra condición que limite el movimiento físico, esto puede agravar la condición.
Genética
La predisposición genética también juega un papel importante. Los niños con antecedentes familiares de obesidad tienen mayor probabilidad de desarrollar obesidad infantil.
Sin embargo, los factores genéticos suelen interactuar con el entorno, lo que significa que un estilo de vida saludable, con una alimentación saludable y actividad física, puede mitigar este riesgo.
Por eso es importante conocer el historial médico de nuestra familia.
Factores psicológicos
El estrés, la ansiedad y la depresión en los niños pueden llevar al consumo emocional de alimentos poco saludables. Las experiencias negativas, como el acoso escolar o problemas familiares, también pueden influir en sus hábitos alimenticios.
El consumo excesivo de alimentos puede deberse a la falta de regulación emocional, lo que conllevaba a una pérdida del control de las porciones de los alimentos que consumen, usándolo como vía de escape para lo que no pueden gestionar.
El uso de ciertos medicamentos
Algunos medicamentos, como la prednisona, el litio, la amitriptilina, la paroxetina (Paxil), la gabapentina (Neurontin, Gralise, Horizant) y el propranolol (Inderal, Hemangeol) pueden influir en la subida de peso excesivo.
Estos afecta ya que estimulan el apetito, ralentizan el metabolismo, afectando la absorción y almacenamiento de glucosa y causando retención de agua.
Por lo anterior, es importante que los padres y los profesionales de la salud monitoreen cuidadosamente el peso de los niños en tratamiento farmacológico.

Síntomas de la obesidad infantil
Los síntomas de la obesidad infantil tienen características que son fáciles de identificar, pero a menudo pasan desapercibidos o se normalizan.
Entre las características de la obesidad infantil, encontramos:
Un aspecto físico de "rellenito" o con más peso de lo normal para su edad: Aunque la apariencia física no da respuesta a tener una condición, si puede ser un indicativo de que algo no va como debería. Por tanto, que un niño se vea más grande en proporciones de lo que debería según su edad y altura, es un punto a considerar para realizar un chequeo médico y confirmar si hay un caso de obesidad o no.
Peso por encima de los percentiles adecuados: Un percentil es una medida estadística que permite mostrar una proporción de datos. En el caso del peso, hay una medida que indica cuando se está en el peso ideal, con sobrepeso o con obesidad.
Fatiga al practicar ejercicio físico: Cuando la actividad física no es constante, el realizarla puede generar fatiga o cansancio en nosotros. Esto es producto de la falta de fuerza, resistencia e hidratación.
Falta de sueño: Cuando no descansamos adecuadamente, varios aspectos se pueden ver alterados. Entre ellos, las hormonas relacionadas con el apetito como la grelina y la leptina, lo que conlleva a la falta de saciedad.
Ronquidos al dormir: Relacionado al punto anterior, se puede presentar la apnea del sueño. La grasa excesiva en la vía respiratoria puede influir significativamente en el paso del aire. Lo que provocaría un sueño irregular y en consecuencia, una ingesta excesiva de carbohidratos.
Caída del cabello: Los folículos pilosos pueden verse afectados por el exceso de grasa en el cuerpo, producto de una alimentación inadecuada.
Estreñimiento frecuente: Cuando ir al baño a evacuar se vuelve una dificultad, puede ser una respuesta a una alimentación baja en fibra y en verduras sumado a la falta de actividad física.
Cuello con coloración oscura (acantosis nigricans): La acantosis nigricans es una afección producto de la resistencia a la insulina y se manifiesta por el oscurecimiento de algunas partes del cuerpo, como el cuello. Generalmente es una señal de diabetes, una condición que pueden padecer pacientes con obesidad.
Estrías en la piel: Las estrías se manifiestan en la piel porque esta se estira, y al aumentar rápidamente de peso eso ocurre. Lo que más que una afección producto de la obesidad, se manifiesta como una señal de aumento de peso.

¿Cuáles son los percentiles adecuados para un niño según su edad?
Los percentiles son una herramienta utilizada por los pediatras para evaluar si el peso de un niño es adecuado en relación con su edad, sexo y altura.
Por ejemplo, un niño cuyo peso se encuentra por encima del percentil 85 se considera con sobrepeso, mientras que por encima del percentil 95 indica obesidad infantil. El monitoreo regular de estos valores es esencial para detectar problemas a tiempo.
Por eso es importante que un pediatra pueda evaluar los percentiles de tu hijo para determinar si sufre de obesidad.
Enfermedades y complicaciones relacionadas con la obesidad infantil
La obesidad infantil no es solo un problema estético, también está asociada con diversas enfermedades que afectan tanto la salud física como mental de los niños.
Algunas de estas complicaciones incluyen:
Diabetes tipo 2: Una enfermedad crónica relacionada con niveles elevados de glucosa en la sangre.
Colesterol alto y presión arterial alta: Factores de riesgo para enfermedades cardiovasculares futuras.
Problemas respiratorios: Como apnea del sueño y dificultad para respirar durante la actividad física.
Trastornos hormonales: Incluyendo alteraciones en la pubertad y problemas de fertilidad en el futuro.
Trastornos gastrointestinales: Como el reflujo gastroesofágico.
Dolor articular: Debido al exceso de peso que sobrecarga las articulaciones.
Hígado graso no alcohólico: Una condición seria que puede producir daños hepáticos importantes.
Problemas psicológicos: Baja autoestima, depresión y ansiedad; exacerbados por el estigma social.

Cómo prevenir la obesidad infantil
El cómo prevenir la obesidad infantil requiere un enfoque integral que involucre a la familia, la escuela, la comunidad y a los especialistas de la salud (física y psicológica).
A continuación, compartimos algunas estrategias clave:
Da un buen ejemplo: Los padres y cuidadores deben adoptar hábitos saludables para inspirar a los niños. Así las acciones y el discurso tendrán coherencia para ellos. La principal razón por la cual los niños sufren de obesidad infantil es porque imitan la forma de alimentación de sus padres y su estilo de vida.
Provee a tus hijos de alimentos saludables: Las frutas, verduras, yogures bajos en grasa y frutos secos son opciones excelentes como snacks entre comidas.
Ofrece nuevos alimentos varias veces: Es normal que los niños rechacen ciertos alimentos al principio; la paciencia es clave. Un consejo es que tengan distintas presentaciones para que sean atractivos para ellos y así encuentres cuál es la mejor manera de dar ese alimento.
No utilices los alimentos como una recompensa: Opta por alternativas como actividades o tiempo de calidad juntos. Es importante que no asocien la alimentación como una forma de recompensa a la cual tengan que recurrir cada vez que hagan algo “bien”.
Asegúrate de que tu hijo duerma lo suficiente: El sueño adecuado es esencial para regular el metabolismo y prevenir el aumento de peso. Crear hábitos saludables de sueño es fundamental.
Ayuda a tu hijo a aumentar su actividad física: de forma progresiva, ayuda a tu hijo a realizar actividades físicas y a despegarse un poco de los dispositivos móviles para evitar el sedentarismo.
Pasa tiempo de calidad con tus hijos: la conexión padres-hijo es esencial para que ellos puedan sentirse apoyados y tengan mayor motivación para bajar de peso. Además, esto permite que tus hijos no tengan la necesidad de recurrir a dispositivos móviles o a la comida para “sentirse bien”.
IMPORTANTE: Todo esto es un proceso. Estos cambios deben llevarse de forma progresiva. No intentes cambiar radicalmente todo a la primera, ya que esto podría causar frustración para tu hijo y podría ser demasiado difícil de procesar para él. Y más importante, demuestra mucho amor y mucho afecto a tu hijo para que se sienta apoyado.

Tratamientos para la obesidad infantil
El tratamiento de la obesidad infantil debe ser individualizado y centrado en el bienestar del niño, priorizando cambios sostenibles en su estilo de vida. Se pueden utilizar algunos de los tratamientos recomendados para la obesidad en adultos. Pero obesidad infantil debe tratarse de una manera muy particular y diferente que en adultos.
Entre las estrategias destacadas se incluyen:
Apoya emocionalmente a tu hijo: Escuchar sus preocupaciones y evitar culpabilizarlo. Debes ayudarlo a buscar soluciones para que así pueda mejorar. Recuerda que eres un aliado, tu hijo debe entender que eres parte de su equipo, no eres su enemigo. Apoyalo emocionalmente.
El cambio de toda la familia es necesario: Fomentar un entorno saludable donde todos adopten hábitos positivos es esencial. Eso le permitirá verlo como una mejoría y no como un castigo impuesto a él. Por ejemplo, hacer actividades físicas juntos, hacer paseos al aire libre en familia o mejorar la alimentación de toda la familia pueden hacer cambios significativos.
Ten un plan de alimentación más saludable: Diseñado por un nutricionista y con la supervisión de su pediatra, adaptado a las necesidades del niño.
Aumenta la actividad física: Incorporar ejercicios divertidos y adecuados para su edad y necesidades, fomentando la importancia de una rutina de actividad física.
ADVERTENCIA: los tratamientos para la obesidad infantil deben ser llevados por un especialista en el área.

Tratamiento farmacológico para la obesidad infantil
Los medicamentos para la obesidad (GLP-1) utilizados en adultos no están indicados para tratar la obesidad infantil. Aún no se han probado los efectos de estos medicamentos en niños y adolescentes.
Por lo que no es una opción de tratamiento para niños y adolescentes.
¿Cuándo consultar a un médico? Complicaciones de la obesidad infantil
Es fundamental buscar ayuda médica si observamos signos que puedan indicar obesidad infantil o complicaciones asociadas, como:
Incremento rápido y sostenido de peso por encima de los percentiles adecuados.
Problemas respiratorios, como apnea del sueño o dificultad para respirar.
Síntomas de diabetes tipo 2, como aumento de la sed, orina frecuente y fatiga.
Dolor articular persistente.
Problemas psicológicos, como baja autoestima, ansiedad o depresión.
Alteraciones hormonales evidentes, como pubertad precoz o retrasada.
Un pediatra o un especialista en endocrinología infantil podrán realizar un diagnóstico adecuado y recomendar el tratamiento más adecuado.
Es importante llevar a tu hijo a chequeos periódicos con su pediatra y otros especialistas necesarios.
Conclusión
La obesidad infantil es un problema serio de salud pública que requiere atención inmediata y un enfoque integral. Comprender qué es la obesidad infantil, las causas de la obesidad infantil, las características de la obesidad infantil y cómo prevenirla son los primeros pasos hacia la solución.
Como sociedad, debemos trabajar juntos para crear entornos saludables, apoyar a las familias en la adopción de hábitos saludables y garantizar que los niños tengan acceso a la atención médica necesaria.
Prevenir para evitar la obesidad infantil no solo mejora la calidad de vida de los niños afectados, sino que también construye un futuro más saludable para todos.
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