Qué es la resistencia a la insulina: causas, síntomas y tratamientos
Qué es la resistencia a la insulina: causas, síntomas y tratamientos
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Qué es la resistencia a la insulina: causas, síntomas y tratamientos

Qué es la resistencia a la insulina: causas, síntomas y tratamientos

8 de out. de 2024

La resistencia a la insulina es un problema de salud cada vez más común. Descubre en este artículo qué es la causa, cómo reconocer sus síntomas y qué tratamientos existen para controlarla y mejorar tu bienestar.

¿Qué es la insulina?

La insulina es una hormona producida por el páncreas, específicamente por las células beta ubicadas en los islotes de Langerhans, cuya función principal es regular los niveles de glucosa (azúcar) en la sangre.

Importancia de la insulina en el cuerpo

La insulina es importante para el adecuado funcionamiento del cuerpo, ya que:

  • Permite que las células del cuerpo, especialmente en el hígado, músculos y tejido adiposo, absorban la glucosa de la sangre. Esto ayuda a mantener niveles estables de azúcar en sangre, evitando picos de hiperglucemia.

  • Inhibe la liberación de ácidos grasos desde los tejidos adiposos, lo que ayuda a evitar el uso excesivo de grasas como fuente de energía cuando la glucosa está disponible.

  • Favorece la síntesis de proteínas y otros nutrientes esenciales, lo que es vital para el crecimiento, la reparación celular y el mantenimiento de los tejidos corporales.

En fin, sin una adecuada producción o acción de la insulina, el cuerpo no puede utilizar o almacenar correctamente la glucosa, lo que lleva a desequilibrios metabólicos graves, como la diabetes, y a otras complicaciones de salud.

¿Qué es la sensibilidad a la insulina?

La sensibilidad a la insulina es la eficacia con la que las células del cuerpo responden a la acción de la insulina. En este sentido, existen dos escenarios posibles:

Alta sensibilidad a la insulina

Cuando una persona tiene una alta sensibilidad a la insulina, sus células responden bien a la hormona, permitiendo que la glucosa sea absorbida de manera eficiente para ser utilizada como energía o almacenada en el cuerpo. Esto ayuda a mantener niveles saludables de glucosa en la sangre con una menor cantidad de insulina.

Baja sensibilidad a la insulina (resistencia a la insulina)

La baja sensibilidad a la insulina (o resistencia a la insulina) implica que las células no responden adecuadamente a la hormona, lo que obliga al páncreas a producir más insulina para lograr el mismo efecto (hiperinsulinemia) y, con el tiempo, puede llevar a niveles elevados de glucosa en la sangre (hiperglucemia). 

Causas de la resistencia a la insulina

Entre las causas más comunes de la resistencia a la insulina tenemos:

Obesidad

El exceso de grasa corporal, especialmente la grasa abdominal, está estrechamente relacionado con la resistencia a la insulina. Las células grasas producen sustancias inflamatorias que interfieren con la capacidad de la insulina para actuar eficazmente, lo que provoca una menor sensibilidad en los tejidos.

Inactividad física

La falta de ejercicio reduce la capacidad del cuerpo para utilizar la glucosa eficientemente. La actividad física regular mejora la sensibilidad a la insulina al aumentar la absorción de glucosa por los músculos y disminuir los niveles de azúcar en sangre.

Genética

Las personas con antecedentes familiares de diabetes tipo 2 o resistencia a la insulina tienen un mayor riesgo de desarrollar la condición.

Dieta alta en azúcares y grasas saturadas

El consumo excesivo de alimentos ricos en azúcares y grasas saturadas provoca picos repetidos de glucosa e insulina, lo que, con el tiempo, contribuye a que las células se vuelvan menos sensibles a la insulina.

Envejecimiento

Con el envejecimiento, los tejidos del cuerpo tienden a volverse menos receptivos a la insulina. Esto se debe a cambios metabólicos relacionados con la edad, como la disminución de la masa muscular y el aumento de la grasa corporal.

Estrés crónico

El estrés eleva los niveles de cortisol, una hormona que puede interferir con la función de la insulina. El aumento prolongado de cortisol reduce la capacidad del cuerpo para metabolizar la glucosa, lo que contribuye a la resistencia a la insulina.

Sueño insuficiente

La falta de sueño crónica afecta el equilibrio hormonal y aumenta los niveles de cortisol, lo que puede reducir la sensibilidad a la insulina. El sueño adecuado es esencial para la regulación de la glucosa y el control metabólico.

Síndrome metabólico

Este conjunto de afecciones, que incluye presión arterial alta, colesterol elevado y exceso de grasa abdominal, está estrechamente vinculado con la resistencia a la insulina. Estos factores contribuyen a la inflamación y al deterioro de la función insulínica.

Causas de la resistencia a la insulina

Diagnóstico de la resistencia a la insulina

El diagnóstico de la resistencia a la insulina incluye:

Historial clínico y examen físico

El médico evaluará los factores de riesgo, como:

  • Antecedentes familiares de diabetes tipo 2.

  • Sobrepeso u obesidad, especialmente acumulación de grasa abdominal.

  • Hipertensión arterial.

  • Colesterol elevado o triglicéridos altos.

  • Síndrome de ovario poliquístico (en mujeres).

  • Estilo de vida sedentario.

Análisis de laboratorio

a) Glucemia en ayunas

Una prueba básica para medir los niveles de glucosa en sangre después de un período de ayuno (generalmente 8 horas). Valores elevados pueden indicar problemas con la regulación de la insulina.

  • Normal: < 100 mg/dL.

  • Pre-diabetes: 100-125 mg/dL.

  • Diabetes: > 126 mg/dL.

b) Hemoglobina A1c (HbA1c)

Esta prueba mide el promedio de glucosa en sangre en los últimos 2-3 meses.

  • Normal: < 5.7%.

  • Pre-diabetes: 5.7-6.4%.

  • Diabetes: ≥ 6.5%.

c) Insulina en ayunas

Es una medida directa de la cantidad de insulina en sangre. Niveles altos pueden ser un signo de resistencia a la insulina.

d) Prueba de Tolerancia a la Glucosa Oral (PTGO)

En esta prueba, el paciente bebe una solución con glucosa, y se miden los niveles de azúcar en sangre después de 2 horas. Esta prueba evalúa cómo el cuerpo maneja una carga de glucosa:

  • Normal: < 140 mg/dL a las 2 horas.

  • Pre-diabetes: 140-199 mg/dL.

  • Diabetes: ≥ 200 mg/dL.

e) Índice HOMA-IR

El modelo de evaluación homeostático (HOMA-IR) es un cálculo que estima la resistencia a la insulina utilizando las concentraciones de insulina y glucosa en ayunas:

Fórmula: HOMA-IR = (Glucosa en ayunas x Insulina en ayunas) / 405.

Un valor elevado (generalmente > 2) indica resistencia a la insulina.

Perfil lipídico

El análisis de los niveles de colesterol y triglicéridos también es útil, ya que las personas con resistencia a la insulina suelen tener:

Medición de circunferencia de cintura

La acumulación de grasa abdominal está asociada con resistencia a la insulina. Valores indicativos:

  • Hombres: > 102 cm.

  • Mujeres: > 88 cm.

Índice de Masa Corporal (IMC)

Un IMC elevado puede ser un factor de riesgo de resistencia a la insulina:

  • Normal: 18.5-24.9.

  • Sobrepeso: 25-29.9.

  • Obesidad: ≥ 30.

Diagnóstico diferencial

Es fundamental distinguir la resistencia a la insulina de otras condiciones que pueden afectar el metabolismo de la glucosa, como la diabetes tipo 1 o enfermedades endocrinas (p.ej., síndrome de Cushing).

Síntomas de la resistencia a la insulina

A continuación, enlistamos los síntomas más comunes de la resistencia a la insulina:

Aumento de peso, especialmente en el abdomen

Las personas con resistencia a la insulina tienden a acumular grasa en la zona abdominal. Este tipo de grasa visceral está relacionado con un mayor riesgo de enfermedades metabólicas y puede ser difícil de perder.

Cansancio o fatiga constante

La resistencia a la insulina impide que las células absorban glucosa eficientemente, lo que puede provocar sensación de cansancio o fatiga constante, incluso después de haber dormido bien o sin haber realizado mucho esfuerzo físico.

Hambre excesiva (polifagia)

Al no poder utilizar la glucosa de manera eficiente, el cuerpo envía señales de hambre. Este aumento del apetito, especialmente por carbohidratos, es común en personas con resistencia a la insulina.

Dificultad para concentrarse (neblina mental)

La fluctuación en los niveles de azúcar en sangre puede afectar la función cerebral, causando dificultades de concentración, problemas de memoria y sensación de confusión, también conocida como "neblina mental".

Aumento de los triglicéridos y colesterol

La resistencia a la insulina puede provocar un desequilibrio en los lípidos, aumentando los niveles de triglicéridos y colesterol LDL (colesterol malo), lo que incrementa el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Acantosis nigricans

La acantosis nigricans es una condición en la que aparecen manchas oscuras y aterciopeladas en áreas como el cuello, las axilas o los codos. Está asociada con la resistencia a la insulina y suele ser un signo visible de la condición.

Hiperinsulinemia

En un intento por compensar la resistencia de las células, el páncreas produce más insulina, lo que puede provocar niveles elevados de insulina en sangre. Esto se conoce como hiperinsulinemia y es un indicador temprano de resistencia a la insulina.

Hipertensión arterial

Las personas con resistencia a la insulina a menudo presentan presión arterial elevada. Esto ocurre porque la insulina alta afecta la función de los vasos sanguíneos, causando rigidez en las arterias y un aumento en la presión sanguínea.

Aumento de la glucosa en ayunas

Con el tiempo, la resistencia a la insulina puede llevar a un aumento en los niveles de glucosa en sangre, especialmente en ayunas. Esto es un signo de prediabetes o diabetes tipo 2 en desarrollo.

Infecciones frecuentes

Las personas con resistencia a la insulina pueden ser más propensas a infecciones recurrentes, ya que los niveles elevados de azúcar en sangre afectan el sistema inmunológico, dificultando su capacidad para combatir infecciones adecuadamente.

Síntomas de la resistencia a la insulina

Complicaciones

Los pacientes con resistencia a la insulina tienen riesgo de desarrollar varias complicaciones graves que afectan su salud a largo plazo, como:

Diabetes Tipo 2

La complicación más común de la resistencia a la insulina es la progresión a diabetes tipo 2. A medida que el páncreas trata de compensar la resistencia produciendo más insulina, eventualmente puede agotar su capacidad y los niveles de glucosa en sangre aumentan de forma crónica. Esta condición es irreversible y requiere un manejo a largo plazo.

Complicaciones de la diabetes Tipo 2:

  • Daño renal (nefropatía diabética).

  • Daño ocular (retinopatía diabética) que puede llevar a la ceguera.

  • Neuropatía diabética (daño a los nervios) que provoca pérdida de sensibilidad, dolor o problemas digestivos.

  • Amputaciones debido a la mala cicatrización de heridas y lesiones en los pies.

  • Enfermedad cardiovascular agravada por niveles elevados de glucosa.

Enfermedades cardiovasculares

La resistencia a la insulina está fuertemente asociada con un mayor riesgo de enfermedades cardíacas y problemas vasculares, como:

  • Aterosclerosis.

  • Hipertensión arterial.

  • Infarto de miocardio y accidente cerebrovascular.

Hígado Graso No Alcohólico (NAFLD)

La resistencia a la insulina puede conducir a la acumulación de grasa en el hígado, una condición conocida como esteatosis hepática no alcohólica (NAFLD). Con el tiempo, esto puede progresar a condiciones más graves como la esteatohepatitis no alcohólica (NASH), que incluye inflamación y daño hepático, o incluso cirrosis.

Tratamientos para la resistencia a la insulina

Los tratamientos para la resistencia a la insulina están enfocados en mejorar la sensibilidad del cuerpo a la insulina y reducir los riesgos asociados con la condición. A continuación, presentamos las principales opciones de tratamiento:

Dieta saludable

Seguir una dieta balanceada es fundamental para mejorar la sensibilidad a la insulina. Las dietas bajas en carbohidratos refinados y azúcares, y ricas en alimentos con alto contenido de fibra, como frutas, verduras, legumbres, granos integrales y proteínas magras, ayudan a estabilizar los niveles de glucosa en sangre.

Ejercicio físico regular

La actividad física aumenta la capacidad de las células para utilizar la glucosa, mejorando la sensibilidad a la insulina. El ejercicio aeróbico, como caminar, nadar o andar en bicicleta, combinado con ejercicios de resistencia, es altamente recomendado para combatir la resistencia a la insulina.

Pérdida de peso

La pérdida de peso, especialmente la reducción de grasa abdominal, mejora significativamente la sensibilidad a la insulina. Incluso una pérdida moderada de peso puede tener un impacto positivo en el control de los niveles de glucosa y la reducción del riesgo de diabetes tipo 2.

Medicamentos

En algunos casos, los médicos pueden recetar medicamentos para mejorar la sensibilidad a la insulina.

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Control del estrés

Las técnicas de manejo del estrés, como la meditación, el yoga y la respiración profunda, pueden ayudar a reducir los niveles de cortisol y mejorar la salud metabólica.

Sueño adecuado

Dormir lo suficiente y tener un sueño de calidad es vital para el control de la resistencia a la insulina. Recomendamos entre 7 y 9 horas de sueño por noche.

Evitar hábitos nocivos

Reducir o eliminar el consumo de alcohol y dejar de fumar son importantes para mejorar la salud metabólica. 

Recomendaciones generales para prevenir la resistencia a la insulina

  • Mantén un peso saludable.

  • Adopta una alimentación saludable.

  • Realiza ejercicio físico de forma regular.

  • Duerme lo suficiente.

  • Controla tus niveles de estrés (puedes utilizar técnicas como la meditación, la respiración profunda, el yoga o la práctica de hobbies relajantes).

  • Evita el consumo de alcohol. 

  • No fumes.

  • Mantén tu cuerpo hidratado: bebe suficiente agua a lo largo del día (para facilitar el metabolismo de la glucosa y ayudar a controlar el peso).

  • Si tienes resistencia a la insulina: asiste a tus chequeos médicos periódicos para evaluar tu progreso, revisar los niveles de glucosa e insulina, y ajustar el tratamiento si es necesario.

Preguntas frecuentes

¿Cómo se siente una persona con resistencia a la insulina?

Una persona con resistencia a la insulina puede sentirse fatigada, con hambre constante, especialmente por alimentos dulces o ricos en carbohidratos. También pueden experimentar aumento de peso, dificultad para perderlo y niveles altos de azúcar en sangre.

¿Cómo se quita la resistencia a la insulina?

La resistencia a la insulina puede mejorar con cambios en el estilo de vida, como perder peso, seguir una dieta equilibrada baja en azúcares refinados, hacer ejercicio regularmente y, en algunos casos, tomando medicamentos prescritos por un médico.

¿Qué debo dejar de comer si tengo resistencia a la insulina?

Debes evitar alimentos con azúcares refinados y carbohidratos simples, como pan blanco, pasteles, galletas, refrescos, y alimentos procesados. También es necesario reducir el consumo de grasas trans y productos ultraprocesados con alto contenido de grasa y sal.

¿Qué alimentos son buenos para bajar la insulina?

Los alimentos ricos en fibra y bajos en índice glucémico, como vegetales de hoja verde, frutos secos, legumbres, avena, aguacate, y pescado graso (como el salmón), ayudan a mejorar la sensibilidad a la insulina y regular los niveles de azúcar en sangre.

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