El colesterol alto es un problema de salud que puede pasar desapercibido, y que puede tener serias consecuencias si no se trata a tiempo. Descubre en este artículo cuáles son los síntomas, causas y opciones de tratamiento para mantener tus niveles de colesterol bajo control y mejorar tu bienestar.
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¿Qué es el colesterol alto?
El colesterol alto ocurre cuando los niveles de colesterol en la sangre superan los valores recomendados, lo que puede aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Este exceso de colesterol puede acumularse en las arterias, dificultando el flujo sanguíneo y provocando problemas como ataques cardíacos o accidentes cerebrovasculares.
Síntomas del colesterol alto
El colesterol alto generalmente no presenta síntomas evidentes hasta que provoca complicaciones serias, pero existen algunas señales indirectas o condiciones que pueden relacionarse con niveles elevados de colesterol.
A continuación, te explicamos cada uno de ellos:
Dolor en el pecho (angina de pecho)
El colesterol alto puede causar la acumulación de placas en las arterias, reduciendo el flujo sanguíneo al corazón. Esta reducción puede provocar dolor o malestar en el pecho, especialmente durante la actividad física o el estrés emocional. Es un síntoma común de la enfermedad coronaria.
Xantomas
Son depósitos de grasa visibles bajo la piel, generalmente en los párpados, codos, rodillas, tendones o glúteos. Estas formaciones amarillentas suelen aparecer en personas con niveles muy altos de colesterol, y aunque no son peligrosas en sí mismas, indican un desbalance lipídico.
Xantelasma
Es una forma específica de xantoma que aparece alrededor de los ojos. Se manifiesta como placas amarillentas que se acumulan en la piel de los párpados, a menudo asociadas con altos niveles de colesterol.
Arco corneal (arco senil)
Se refiere a un anillo blanco o gris alrededor de la córnea, que puede desarrollarse debido a depósitos de colesterol. Es más común en personas mayores, pero si aparece en personas jóvenes, puede ser indicativo de niveles anormalmente altos de colesterol.
Mareos o dolores de cabeza
En algunos casos, los depósitos de colesterol en las arterias que irrigan el cerebro pueden causar problemas circulatorios, provocando dolores de cabeza recurrentes o episodios de mareo.
Fatiga y debilidad
Aunque la fatiga puede estar relacionada con muchas condiciones, los problemas en la circulación debido a arterias obstruidas por colesterol pueden reducir la cantidad de oxígeno y nutrientes que llega a los músculos y órganos, lo que puede generar una sensación constante de cansancio o debilidad.
Dificultad para respirar
Si el colesterol elevado ha comenzado a afectar el funcionamiento del corazón o las arterias pulmonares, es posible que experimentes dificultad para respirar, incluso con poco esfuerzo. Esto ocurre porque las arterias no pueden transportar suficiente oxígeno a los pulmones.
Infarto o accidente cerebrovascular (ACV)
Estos eventos graves pueden ser las primeras manifestaciones del colesterol alto no tratado, ya que las arterias bloqueadas por placas de colesterol pueden reducir o bloquear completamente el flujo sanguíneo hacia el corazón o el cerebro, resultando en un infarto o un ACV.
Causas del colesterol alto
Las principales causas del colesterol alto son:
Dieta poco saludable
Consumir alimentos ricos en grasas saturadas (como las carnes rojas, productos lácteos enteros, y alimentos fritos) y grasas trans (presente en productos procesados, como galletas y snacks) puede aumentar significativamente los niveles de colesterol LDL (el "malo") en el cuerpo.
Falta de actividad física
El sedentarismo contribuye al aumento de los niveles de colesterol malo y a la disminución del colesterol HDL (el "bueno"). El ejercicio regular ayuda a reducir el colesterol total y a mejorar el equilibrio entre LDL y HDL.
Obesidad
Tener un índice de masa corporal (IMC) alto está relacionado con niveles más elevados de colesterol. El exceso de peso puede aumentar los niveles de colesterol LDL y disminuir los de HDL, lo que incrementa el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Tabaquismo
Fumar daña las paredes de los vasos sanguíneos, lo que facilita la acumulación de depósitos grasos (placas) en las arterias. Además, el tabaquismo reduce los niveles de colesterol HDL y aumenta los de LDL, empeorando el perfil lipídico.
Consumo excesivo de alcohol
Beber grandes cantidades de alcohol puede aumentar los niveles de colesterol y triglicéridos, lo que afecta negativamente el equilibrio lipídico en el cuerpo y eleva el riesgo de problemas cardíacos y hepáticos.
Enfermedades subyacentes
Ciertas condiciones médicas, como la diabetes tipo 2, el hipotiroidismo y las enfermedades renales o hepáticas, pueden afectar los niveles de colesterol, elevándolos en muchos casos.
Factores genéticos (hipercolesterolemia familiar)
Algunas personas heredan genes que les predisponen a tener niveles de colesterol alto, independientemente de su dieta o estilo de vida. Esta condición, llamada hipercolesterolemia familiar, puede causar niveles muy elevados de colesterol LDL desde una edad temprana.
Envejecimiento
A medida que las personas envejecen, el metabolismo del cuerpo cambia, y tiende a volverse menos eficiente para eliminar el colesterol LDL de la sangre. Esto hace que los niveles de colesterol aumenten con la edad, especialmente después de los 45 años en hombres y 55 en mujeres.
Estrés
El estrés crónico puede contribuir indirectamente al colesterol alto. Algunas personas, cuando están estresadas, pueden comer alimentos no saludables, fumar o aumentar el consumo de alcohol, lo que impacta negativamente los niveles de colesterol.
Medicamentos
Ciertos medicamentos, como los usados para tratar la presión arterial alta (diuréticos), anticonceptivos orales y algunos tratamientos para el cáncer, pueden afectar los niveles de colesterol en sangre.
Diagnóstico del colesterol alto
El diagnóstico del colesterol alto consiste en:
1. Examen físico y antecedentes médicos:
El médico evaluará los antecedentes familiares y personales de enfermedades cardíacas o colesterol alto. También preguntará sobre el estilo de vida, como la dieta, la actividad física, el consumo de tabaco o alcohol, y el estrés. Es posible que también realice un examen físico para buscar signos visibles relacionados, como los xantomas.
2. Análisis de sangre (perfil lipídico):
Para diagnosticar el colesterol alto, se necesita un análisis de sangre. Generalmente, se recomienda ayunar durante 9 a 12 horas antes del análisis (aunque algunos laboratorios no requieren ayuno). El perfil lipídico mide los siguientes componentes:
Colesterol total: nivel global de colesterol en sangre.
Colesterol LDL: la lipoproteína de baja densidad, que contribuye a la acumulación de placas en las arterias.
Colesterol HDL: la lipoproteína de alta densidad, que ayuda a eliminar el colesterol de las arterias.
Triglicéridos: tipo de grasa que puede aumentar el riesgo cardiovascular si están elevados.
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3. Interpretación de los resultados:
Colesterol total alto: niveles por encima de 200 mg/dL pueden indicar un riesgo elevado de problemas cardiovasculares, especialmente si también están elevados los niveles de LDL.
Colesterol LDL alto: si los niveles de LDL superan los 100-130 mg/dL (dependiendo del riesgo individual), se considera que la persona tiene colesterol malo elevado, lo cual aumenta el riesgo de arterosclerosis.
Colesterol HDL bajo: niveles inferiores a 40 mg/dL en hombres y 50 mg/dL en mujeres se asocian con un mayor riesgo cardiovascular.
Triglicéridos elevados: niveles superiores a 150 mg/dL también son un factor de riesgo para enfermedades cardíacas.
4. Evaluación de factores de riesgo adicionales:
El médico también evaluará otros factores de riesgo para enfermedades cardiovasculares, como presión arterial alta, diabetes, tabaquismo, sobrepeso u obesidad y el historial familiar de enfermedades cardíacas.
En algunos casos, pueden usar herramientas de cálculo de riesgo cardiovascular, como el puntaje de Framingham, para determinar el riesgo general de desarrollar enfermedades coronarias.
Tratamiento del colesterol alto
El tratamiento del colesterol alto incluye:
Cambios en tu estilo de vida:
Sigue una dieta saludable: para reducir el colesterol, limita el consumo de carnes rojas, productos lácteos enteros, frituras y alimentos procesados, que son ricos en grasas saturadas y trans. En su lugar, opta por grasas saludables, como las que se encuentran en el aceite de oliva, aguacates, nueces y pescados ricos en omega-3.
Aumenta la fibra: comer más frutas, verduras, legumbres y granos enteros te ayudará a disminuir los niveles de colesterol LDL (malo). Estos alimentos ricos en fibra son fundamentales para tu corazón.
Consume esteroles y estanoles: añade a tu dieta alimentos enriquecidos con estos compuestos, ya que pueden bloquear la absorción de colesterol en tu intestino.
Haz ejercicio regularmente: intenta hacer al menos 150 minutos de ejercicio moderado cada semana. Caminar, nadar o andar en bicicleta son buenas opciones que te ayudarán a aumentar el colesterol HDL (bueno) y reducir el LDL.
Mantén un peso saludable: si tienes sobrepeso, perder entre un 5% y un 10% de tu peso corporal puede hacer una gran diferencia. Esto mejorará tus niveles de colesterol y reducirá el riesgo de enfermedades cardíacas.
Deja de fumar: el tabaco reduce el colesterol bueno (HDL) y daña las arterias. Si dejas de fumar, no solo mejorarás tus niveles de colesterol, sino que también protegerás tu sistema cardiovascular.
Limita el consumo de alcohol: evita o limita la ingesta de bebidas alcohólicas.
2. Medicamentos:
Si los cambios en tu estilo de vida no son suficientes para controlar el colesterol, o si tus niveles son muy altos, es posible que tu médico te recete medicamentos. Algunos de los más comunes son:
Estatinas: estos medicamentos son muy efectivos para reducir el colesterol LDL. Bloquean la producción de colesterol en tu cuerpo y ayudan a eliminar el colesterol de las arterias. Ejemplos incluyen atorvastatina y simvastatina.
Fibratos: se usan principalmente para reducir los triglicéridos y aumentar el colesterol HDL. Pueden ser una opción para ti si tienes niveles altos de triglicéridos.
Inhibidores de la absorción de colesterol: medicamentos como la ezetimiba reducen la cantidad de colesterol que absorbes de los alimentos.
Ácidos biliares: ayudan a tu cuerpo a eliminar el colesterol. Ejemplos son colestipol y colesevelam.
Inhibidores de PCSK9: si tienes colesterol muy alto o una afección genética como la hipercolesterolemia familiar, estos medicamentos más nuevos pueden ser una buena opción para ti.
Suplementos de omega-3: Si tienes niveles altos de triglicéridos, tu médico podría recomendarte suplementos de omega-3 para ayudar a reducirlos.
3. Monitoreo regular:
Después de comenzar con el tratamiento, es importante que te hagas chequeos regulares para monitorear tus niveles de colesterol. Estos análisis de sangre periódicos y las consultas con tu médico te permitirán evaluar si el tratamiento está funcionando y ajustar lo que sea necesario.
4. Educación y apoyo:
Aprender más sobre tu salud cardiovascular es esencial. Además, contar con apoyo emocional puede ser clave para que adoptes y mantengas hábitos saludables que te ayuden a mejorar tu calidad de vida.
Preguntas frecuentes
¿Qué siente cuando tiene colesterol alto?
Generalmente, el colesterol alto no presenta síntomas evidentes. Sin embargo, si se prolonga en el tiempo, puede aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares, como ataques cardíacos o accidentes cerebrovasculares. En casos graves, las personas pueden experimentar dolor en el pecho, fatiga o mareos.
¿Qué se puede comer cuando se tiene el colesterol alto?
Cuando se tiene el colesterol alto es recomendable consumir alimentos ricos en fibra, como frutas, verduras, legumbres, y cereales integrales. También se pueden incluir grasas saludables, como las presentes en el aceite de oliva, aguacate y pescados grasos como el salmón.
¿Qué hay que dejar de comer para bajar el colesterol?
Es importante evitar alimentos altos en grasas saturadas y trans, como los productos procesados, la comida rápida, embutidos, frituras y productos lácteos enteros. También se deben reducir las carnes rojas y los azúcares refinados.
¿Cuál es la mejor actividad física para bajar el colesterol?
El ejercicio cardiovascular, como caminar, correr, nadar o andar en bicicleta, es altamente efectivo para reducir el colesterol LDL (colesterol malo). Recomendamos realizar al menos 30 minutos de actividad moderada casi todos los días.
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