Síntomas de estrés y ansiedad | Qué son y cómo diferenciarlos
Síntomas de estrés y ansiedad | Qué son y cómo diferenciarlos
Síntomas de estrés y ansiedad | Qué son y cómo diferenciarlos
Síntomas de estrés y ansiedad | Qué son y cómo diferenciarlos

Síntomas de estrés y ansiedad | Qué son y cómo diferenciarlos

15 de dez. de 2024

¿Te has sentido abrumado por las exigencias diarias o preocupado sin una razón aparente? El estrés y la ansiedad son reacciones comunes, pero ¿sabes diferenciarlos? 

En este artículo, descubrirás sus principales síntomas, qué los provoca y cómo distinguir entre ambos.

Que son el estrés y ansiedad

El estrés es una reacción natural del cuerpo ante situaciones que se perciben como desafiantes o amenazantes. Cuando enfrentamos demandas externas, como trabajo, problemas financieros o personales, el cuerpo responde liberando hormonas que nos preparan para actuar. 

Aunque en pequeñas dosis puede ser útil, el estrés prolongado o crónico puede afectar negativamente la salud, provocando fatiga, irritabilidad, insomnio y problemas de concentración.

La ansiedad, por otro lado, es una sensación de preocupación o miedo que puede no estar vinculada a una amenaza inmediata. Mientras que el estrés suele desaparecer una vez que la situación se resuelve, la ansiedad puede ser más persistente, centrándose en preocupaciones futuras o escenarios hipotéticos. 

Aunque ambas respuestas son naturales, la ansiedad tiende a prolongarse sin un desencadenante claro, afectando la calidad de vida si no se gestiona adecuadamente.

Diferencias entre estrés y ansiedad

El estrés y la ansiedad no son lo mismo, aunque a menudo se experimentan juntos y comparten algunos síntomas. A continuación enlistamos las diferencias principales:

Estrés

  • Es una respuesta física y emocional a una situación externa que se percibe como desafiante o amenazante.

  • Suele estar relacionado con un evento específico, como una fecha límite en el trabajo, problemas financieros o una mudanza.

  • Los síntomas incluyen tensión muscular, fatiga, irritabilidad, dificultad para concentrarse, entre otros.

  • Una vez que la situación que causa el estrés se resuelve, los síntomas suelen disminuir o desaparecer.

Ansiedad

  • Es una sensación interna de preocupación, miedo o inquietud, que puede ocurrir incluso sin una amenaza externa inmediata o clara.

  • A menudo es una respuesta a situaciones futuras o pensamientos anticipatorios de que algo malo puede suceder.

  • Los síntomas incluyen preocupación constante, nerviosismo, sensación de peligro inminente, palpitaciones y problemas para dormir.

  • La ansiedad puede ser a corto plazo o crónica, y no necesariamente desaparece cuando se resuelve la situación estresante. En algunos casos, puede convertirse en un trastorno de ansiedad.

Diferencias entre estrés y ansiedad

Consecuencias del estrés y ansiedad

El estrés y la ansiedad pueden tener diversas consecuencias negativas en la salud física y mental de una persona. 

Consecuencias físicas: 

  • Hipertensión.

  • Enfermedades cardiovasculares.

  • Trastornos gastrointestinales.

  • Sistema inmunológico debilitado, aumentando la vulnerabilidad a infecciones.

  • Problemas de sueño (insomnio, apnea del sueño).

Consecuencias emocionales y mentales:

  • Síntomas de depresión.

  • Irritabilidad.

  • Problemas de concentración.

  • Afectación del rendimiento laboral y las relaciones personales.

  • Ciclo de preocupación constante.

Hábitos poco saludables:

  • Consumo excesivo de alcohol.

  • Uso de tabaco.

  • Alimentación poco saludable.

Factores de riesgo para el estrés y la ansiedad

Los factores que contribuyen al estrés y la ansiedad son diversos y pueden clasificarse en varias categorías. 

Factores personales

Factores personales como una historia familiar de trastornos de ansiedad o depresión pueden aumentar la predisposición de un individuo a experimentar estas condiciones. 

Las personas con una personalidad perfeccionista o que tienden a preocuparse en exceso son más vulnerables, así como aquellas que presentan baja autoestima o falta de autoeficacia, lo que limita su confianza para afrontar situaciones difíciles.

Factores ambientales

En cuanto a los factores ambientales, las situaciones de vida estresantes, como mudanzas, cambios de empleo o separaciones, pueden desencadenar altos niveles de ansiedad. También, el estrés financiero y los problemas económicos son desencadenantes comunes, especialmente en tiempos de incertidumbre. Además, los entornos laborales exigentes o tóxicos pueden incrementar significativamente el estrés diario.

Factores sociales

Los factores sociales son igualmente importantes; la falta de apoyo social o el aislamiento pueden intensificar la sensación de ansiedad, mientras que las relaciones interpersonales conflictivas pueden ser una fuente constante de tensión. También, el estrés relacionado con la crianza o el cuidado de otros puede resultar agobiante.

Factores relacionados con la salud

Desde el punto de vista de la salud, enfermedades crónicas o condiciones preexistentes, así como el consumo de sustancias como alcohol, tabaco o drogas, pueden exacerbar los síntomas de ansiedad. Trastornos del sueño y fatiga crónica afectan negativamente la salud mental.

Factores psicológicos 

Los factores psicológicos incluyen experiencias traumáticas pasadas y estrés postraumático, que pueden dejar una huella duradera en la salud mental. Trastornos de salud mental existentes, como la depresión o el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), también son relevantes, ya que pueden interrelacionarse con la ansiedad y el estrés, creando un ciclo difícil de romper. Identificar y abordar estos factores es crucial para el manejo efectivo del estrés y la ansiedad.

Identificar estos factores de riesgo puede ayudarte a tomar medidas proactivas para gestionar el estrés y la ansiedad, antes de que se conviertan en problemas más graves.

Prevención del estrés y la ansiedad

Afortunadamente, es posible prevenir el estrés y la ansiedad. Para hacerlo eficazmente recomendamos seguir estos consejos:

Estrategias de estilo de vida

  • Mantén una alimentación equilibrada y saludable, rica en frutas, verduras, granos enteros y proteínas magras.

  • Realiza ejercicio regularmente para liberar endorfinas y reducir la tensión. Actividades como caminar, nadar o practicar deportes son ideales. 

  • Establece rutinas de sueño saludables para mejorar la calidad del descanso. Evita exponerte a pantallas antes de dormir y crea un ambiente propicio.

Manejo del tiempo

  • Organiza tareas y determina prioridades para evitar la sobrecarga, utilizando listas o aplicaciones de gestión del tiempo. 

  • Aprende a decir "no" para evitar compromisos excesivos que puedan llevar a un mayor estrés y ansiedad.

Técnicas de relajación

  • Practica la meditación, la respiración profunda o el yoga (son técnicas efectivas para calmar la mente y reducir la ansiedad).

  • Incorpora actividades recreativas y de ocio para reducir la tensión (como bailar, cantar, pintar, ir a la playa, al bosque, etc).

Apoyo social

  • Mantén relaciones positivas con amigos y familiares (un fuerte apoyo social es esencial para el bienestar emocional).

  • Busca apoyo profesional (médico, psicólogo, terapeuta) o grupos de apoyo cuando sea necesario.

Tratamiento del estrés y la ansiedad

El tratamiento del estrés y la ansiedad es integral, debido a que este enfoque permite un manejo más efectivo de estas condiciones. El mismo incluye:

Terapia psicológica

  • La terapia cognitivo-conductual (TCC) es eficaz para cambiar patrones de pensamiento negativos y mejorar el afrontamiento.

  • La terapia de exposición ayuda a enfrentar situaciones temidas en un entorno controlado.

Medicamentos

  • Antidepresivos o ansiolíticos pueden ser recetados para casos más severos, pero siempre bajo supervisión médica.

Técnicas de autocuidado

  • Incorporar hábitos de autocuidado, como la práctica de hobbies y actividades que generen placer.

  • Llevar un diario para expresar emociones y reflexionar sobre los pensamientos.

Educación y concienciación

  • Informarse sobre el estrés y la ansiedad para reconocer síntomas y desencadenantes.

  • Participar en talleres o cursos sobre manejo del estrés y desarrollo de habilidades emocionales.

Preguntas frecuentes

¿Cómo se siente una persona cuando tiene estrés?

Una persona con estrés puede experimentar síntomas físicos y emocionales, como tensión muscular, fatiga, irritabilidad, dificultad para concentrarse y problemas para dormir. 

También puede sentir una constante sensación de presión o sobrecarga, lo que puede afectar su bienestar general y su capacidad para realizar actividades cotidianas.

¿Cómo saber si tengo estrés o ansiedad?

Para distinguir entre estrés y ansiedad, observa con atención la duración y la naturaleza de los síntomas. El estrés suele estar relacionado con situaciones específicas y disminuye al resolverlas, mientras que la ansiedad tiende a ser más persistente, con preocupaciones sobre eventos futuros o sin un desencadenante claro, afectando la vida diaria.

¿Qué comer para el estrés y la ansiedad?

Una dieta equilibrada que incluya alimentos ricos en ácidos grasos omega-3, como el salmón y las nueces, así como frutas y verduras frescas, granos enteros y proteínas magras, puede ayudar a reducir el estrés y la ansiedad. También es importante mantener una adecuada hidratación y limitar la cafeína.

¿Qué no deben comer las personas que sufren de ansiedad?

Las personas que sufren de ansiedad deberían evitar alimentos procesados, azúcares refinados y cafeína, ya que pueden aumentar la sensación de nerviosismo y tensión. También es recomendable limitar el consumo de alcohol, que puede interferir con el sueño y exacerbar los síntomas de ansiedad.

¿Qué alimentos debemos evitar cuando hay estrés?

Es recomendable evitar alimentos ricos en azúcares añadidos, cafeína y grasas saturadas, ya que pueden contribuir a un aumento en los niveles de estrés y afectar el estado de ánimo. También se deben limitar los alimentos procesados, que pueden causar fluctuaciones en la energía y el bienestar.

¿Cómo afecta el estrés a la alimentación?

El estrés puede alterar los hábitos alimenticios, llevando a algunas personas a comer en exceso o a perder el apetito. 

¿Qué ejercicios son buenos para la ansiedad y el estrés?

Ejercicios aeróbicos como caminar, correr o nadar son excelentes para reducir la ansiedad y el estrés, ya que liberan endorfinas que mejoran el estado de ánimo. También, actividades como el yoga y la meditación ayudan a promover la relajación y la atención plena, contribuyendo a una mejor gestión emocional.

¿Cuándo la ansiedad puede ser peligrosa?

La ansiedad puede ser peligrosa cuando se vuelve crónica y afecta significativamente la vida diaria. Esta condición puede llevar a trastornos mentales como la depresión, provocar problemas de salud física, como enfermedades cardiovasculares, y desencadenar conductas de riesgo, como el abuso de sustancias. Por ende, la búsqueda de ayuda profesional es fundamental en estos casos.

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