Qué es la obesidad grado 1 y cómo tratarla
La obesidad grado 1 es mucho más que un simple exceso de peso; es una condición que puede afectar a tu salud a largo plazo si no se trata adecuadamente. Cuando un paciente tiene este tipo de obesidad, se encuentra en riesgo de desarrollar otro tipo de patologías.
En este artículo de Lonvital, te explicamos qué significa tener obesidad grado 1, cuáles son sus causas, riesgos y las mejores estrategias para abordarla de manera efectiva.
¿Qué es la obesidad grado 1?
También conocida como “obesidad leve”, la obesidad grado 1 es una enfermedad crónica que se caracteriza por:
Un IMC (Índice de Masa Corporal) entre 30 y 34.9.
Puede ser causada por diversos factores como una alimentación deficiente, sedentarismo, herencia, estrés, falta de sueño, entre otros.
Aunque es el nivel más leve de obesidad, representa un riesgo significativo para la salud, ya que puede llevar al desarrollo de enfermedades crónicas si no se aborda.
Conoce todo sobre la obesidad: causas, síntomas y tratamientos
Frecuentemente es llamada "obesidad tipo 1", pero este término es incorrecto. El error ocurre por la confusión entre "grado" y "tipo", ya que "tipo" suele usarse en otras enfermedades, como diabetes tipo 1. Sin embargo, en obesidad, la clasificación correcta utiliza grados según el nivel de IMC que tenga el paciente.
Obesidad grado 1 síntomas
La obesidad grado 1 puede manifestarse con una combinación de síntomas físicos, emocionales y funcionales, que incluyen:
1. Síntomas físicos
Aumento visible del peso corporal: exceso de grasa corporal en áreas como el abdomen, caderas, muslos y otras partes del cuerpo.
Dificultad para respirar: sensación de falta de aire al realizar actividades moderadas o al acostarse.
Fatiga constante: cansancio o falta de energía debido al esfuerzo adicional que requiere el cuerpo.
Dolor articular o muscular: presión sobre las articulaciones, especialmente en las rodillas, caderas y espalda.
Sudoración excesiva: incluso con esfuerzos mínimos.
Problemas en la piel: irritación o infecciones cutáneas en pliegues de la piel debido a la fricción o acumulación de humedad.
2. Síntomas emocionales o psicológicos
Baja autoestima: insatisfacción con la apariencia física.
Ansiedad o depresión: asociadas con la percepción del peso y las dificultades para manejarlo.
Relación poco saludable con la comida: comer en exceso por estrés, tristeza o aburrimiento.
3. Problemas funcionales
Disminución de la capacidad física: dificultad para realizar actividades cotidianas como subir escaleras, caminar largas distancias o practicar deporte.
Apnea del sueño: ronquidos fuertes o pausas en la respiración al dormir.
Problemas de movilidad: rigidez o dolor al moverse debido al peso adicional.
4. Condiciones asociadas o tempranas
Hipertensión arterial: aumento de la presión arterial, que es común en personas con obesidad.
Alteraciones metabólicas: como resistencia a la insulina o niveles elevados de glucosa en sangre.
Colesterol alto: niveles elevados de colesterol LDL ("malo") o triglicéridos.
Inflamación crónica: resultado del exceso de grasa corporal.
Obesidad grado 1 riesgos y enfermedades
La obesidad grado 1 aumenta el riesgo de desarrollar diversas enfermedades y afecciones, tales como:
Enfermedades cardiovasculares: como hipertensión arterial y enfermedades del corazón.
Diabetes tipo 2: un riesgo significativo provocado por la resistencia a la insulina.
Problemas articulares: como artrosis, debido al exceso de peso sobre las articulaciones.
Dificultades respiratorias: como apnea del sueño o dificultad para respirar durante el esfuerzo físico.
Otros problemas de salud: inflamación crónica, hígado graso, ciertos tipos de cáncer y problemas psicológicos como ansiedad o depresión.
Prevención de la obesidad grado 1
La prevención de la obesidad grado 1 consiste en mejorar el estilo de vida que llevas.Sigue estos consejos:
1. Mejora tu alimentación
Mantén un balance calórico: consume una cantidad de calorías adecuada para el nivel de actividad física que tienes.
Ten una dieta equilibrada: prioriza frutas, verduras, cereales integrales, legumbres y proteínas magras. Reduce el consumo de alimentos ultra procesados, ricos en grasas saturadas, azúcares y sal y aumenta la ingesta de fibra (que ayuda a controlar el apetito y mejora la digestión).
Controlar el tamaño de la porción: evita comidas excesivas, y organiza bien tus comidas dando prioridad a proteínas magras, verduras y fibra.
2. Mejora tu actividad física
Realiza ejercicio físico de forma regular: al menos 150 minutos semanales de actividad física moderada o 75 minutos de ejercicio intenso. Eso sí, siempre considerando tu capacidad física y tu condición para evitar lesiones.
Incorporar a tus rutinas de ejercicio: actividades como caminar, correr, nadar, andar en bicicleta o practicar deportes.
Mantenerte activo: usa escaleras en lugar de ascensores o camina en lugar de conducir distancias cortas.
3. Mejora tus hábitos
Evita el sedentarismo: reduce el tiempo frente a pantallas (televisión, computadoras o móviles).
Duerme lo suficiente: duerme entre 7 y 9 horas diarias. La falta de sueño afecta el equilibrio hormonal, puede aumentar el apetito y hacer propenso a acumular grasa abdominal.
Maneja mejor el estrés: practica técnicas de relajación como meditación, yoga o respiración profunda. De modo que no tengas que recurrir a la comida como una forma de aliviar el estrés y la ansiedad.
4. Evita hábitos perjudiciales
Limitar el consumo de alcohol: evita la ingesta de bebidas alcohólicas, ya que contienen muchas calorías vacías.
Evitar dietas restrictivas extremas: las dietas demasiado restrictivas no son sostenibles a largo plazo y pueden provocar un efecto rebote.
5. Monitoreo y seguimiento
Visitar a tu médico: realiza chequeos regulares con tu médico para monitorear el peso, el IMC y otros indicadores de salud.
Mantener un registro de las comidas: lleva un registro de comidas para identificar patrones y realizar ajustes si es necesario.
Tratamiento de la obesidad grado 1
El manejo de la obesidad grado 1 requiere un enfoque integral que combine cambios en la alimentación, la actividad física, el estilo de vida y, en casos específicos, apoyo médico.
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A continuación, detallamos las principales estrategias que se deben implementar para tratar esta condición:
1. Dieta equilibrada baja en calorías y rica en nutrientes
Una alimentación saludable es clave para reducir el peso de manera sostenible. La dieta debe ser baja en calorías pero rica en nutrientes esenciales. Por lo que debes priorizar:
Frutas y verduras: ricas en fibra, vitaminas y minerales que promueven la saciedad.
Proteínas magras: como pollo, pescado y legumbres, que ayudan a mantener la masa muscular.
Granos integrales: que aportan carbohidratos de absorción lenta para mantener la energía.
Reducción de alimentos ultraprocesados: evitar azúcares añadidos, grasas saturadas y sal en exceso. Un nutricionista puede personalizar el plan alimenticio para adaptarlo a las necesidades específicas de cada persona.
2. Actividad física regular
El ejercicio es fundamental para quemar calorías y mejorar la salud cardiovascular. Para personas con obesidad grado 1, se recomiendan actividades adaptadas a sus capacidades, como:
Caminatas diarias: ideales para comenzar sin sobrecargar las articulaciones.
Natación o ciclismo: ejercicios de bajo impacto que fortalecen el cuerpo sin riesgo de lesiones.
Entrenamiento de fuerza: para mejorar la musculatura y el metabolismo basal.
3. Apoyo profesional
El acompañamiento de especialistas es esencial para un tratamiento eficaz:
Nutricionistas: para diseñar una dieta personalizada.
Endocrinólogos: para descartar problemas hormonales.
Psicólogos: para tratar la relación emocional con la comida.
4. Fármacos y tratamientos médicos
En casos específicos, se pueden recetar medicamentos para perder peso, siempre bajo supervisión médica. Estos deben combinarse con los cambios en el estilo de vida para garantizar resultados sostenibles.
Los medicamentos para la obesidad son una alternativa para el tratamiento de la obesidad.
Es importante destacar que, la obesidad grado 1 puede ser manejada efectivamente con intervenciones tempranas, reduciendo significativamente el riesgo de progresar a grados más severos y mejorar la calidad de vida.
5. Encontrar otros problemas subyacentes
La alimentación y el ejercicio no son los únicos factores que hacen que los pacientes ganen peso. Existen otros problemas subyacentes que deben ser tratados que puedas estar haciendo que ganes peso fácilmente, como problemas hormonales producidos por ovarios poliquísticos, hipotiroidismo o la menopausia.
Por lo cual, es importante buscar la ayuda de médicos especialistas obesidad que te permitan detectar cualquier problema subyacente que te esté pidiendo perder peso.
¿La cirugía bariátrica es una alternativa para la obesidad grado 1?
La cirugía bariátrica no es la primera opción para tratar la obesidad grado 1. Esta intervención está principalmente indicada para pacientes con obesidad mórbida (obesidad grado 3) o, en algunos casos, para quienes tienen obesidad grado 2 pero presentan comorbilidades graves relacionadas con su peso, como diabetes tipo 2, hipertensión arterial o apnea del sueño.
Las cirugías bariátricas conllevan muchos riesgos quirúrgicos y postoperatorios a los que es mejor no arriesgarse, si no es necesario. Además, es posible recuperar el peso después de una cirugía bariátrica, si no se mejora el estilo de vida.
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Con ayuda de fármacos y médicos especialistas, además nutricionistas, psicoterapeutas y entrenadores personales que te acompañarán en todo el proceso; bajar de peso es mucho más sencillo.
Todo de forma progresiva y sin efecto rebote.
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¿Cuándo acudir a un especialista?
Deberías consultar con un profesional en los siguientes casos:
Presencia de problemas de salud relacionados: Si tienes hipertensión, diabetes tipo 2, apnea del sueño, colesterol elevado o dolores articulares, es fundamental buscar atención médica.
Fracaso en métodos tradicionales: si no logras perder peso con dieta y ejercicio, un especialista puede ofrecer alternativas personalizadas.
Impacto emocional: si la obesidad afecta tu autoestima, causa ansiedad o comer emocionalmente, un psicólogo puede ayudarte.
Preparación para tratamientos médicos: si estás considerando medicamentos para bajar de peso o cirugía bariátrica, es esencial la evaluación de un endocrinólogo o nutricionista.
Consultar temprano a un médico permite identificar riesgos y diseñar un plan integral que aborde tanto las causas como las consecuencias de la obesidad.
Preguntas frecuentes
¿Qué hacer si tengo obesidad grado 1?
Si tienes obesidad grado 1, lo más importante es tomar medidas para mejorar tu salud y evitar que la condición progrese. Consulta con un médico o nutricionista para diseñar un plan personalizado que incluya:
Una dieta equilibrada baja en calorías.
Actividad física regular adaptada a tus capacidades.
Cambios en tu estilo de vida, como dormir lo suficiente y manejar el estrés.
¿Cómo combatir la obesidad grado 1?
Para combatir la obesidad grado 1, sigue estos pasos:
Alimentación saludable: prioriza frutas, verduras, proteínas magras y reduce el consumo de alimentos ultraprocesados.
Ejercicio: realiza caminatas, natación o entrenamientos de bajo impacto.
Apoyo profesional: consulta con especialistas como nutricionistas, endocrinólogos y psicólogos para recibir orientación integral.
¿Qué pasa si tengo obesidad grado 1?
La obesidad grado 1 puede aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades como hipertensión, diabetes tipo 2, apnea del sueño y problemas articulares. Sin embargo, con intervenciones tempranas, como una dieta adecuada y ejercicio, puedes reducir significativamente estos riesgos y mejorar tu calidad de vida.
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