que son los trastornos alimenticios
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¿Qué son y cómo tratar los trastornos alimenticios?

1 de set. de 2024

Los trastornos alimenticios son afecciones mentales graves caracterizadas por patrones de comportamiento anormales relacionados con la alimentación, el peso y la autopercepción de la imagen corporal. 

Estos trastornos van más allá de la preocupación normal por el peso o la dieta; son condiciones que pueden tener un impacto devastador en la salud física y mental de una persona. Los trastornos alimenticios más comunes incluyen la anorexia y la bulimia nerviosa, así como el trastorno por atracón, aunque existen otros tipos menos conocidos.

Las personas con trastornos alimenticios a menudo experimentan una distorsión en la percepción de su cuerpo y desarrollan comportamientos extremos para controlar su peso, como restricción severa de alimentos, atracones, purgas o ejercicio excesivo.

Estos trastornos no solo afectan la relación con la comida, sino que también pueden estar profundamente entrelazados con problemas emocionales y psicológicos, como la baja autoestima, ansiedad, depresión y el perfeccionismo.

Causas de los trastornos alimenticios

Las causas de los trastornos alimenticios son complejas y multifactoriales. No hay una única razón por la que una persona desarrolle un trastorno alimenticio; más bien, es el resultado de una interacción de factores biológicos, psicológicos, sociales y culturales en una misma persona.

Factores biológicos

La genética juega un papel importante en la predisposición a los trastornos alimenticios. Las investigaciones sugieren que ciertas personas pueden tener una vulnerabilidad genética que, combinada con otros factores, aumenta el riesgo de desarrollar un trastorno alimenticio. Además, desequilibrios en neurotransmisores como la serotonina pueden influir en el desarrollo de estos trastornos.

Factores psicológicos

Los trastornos alimenticios a menudo están asociados con problemas psicológicos subyacentes. Las personas que sufren de ansiedad, depresión, baja autoestima o que tienen una historia de abuso o trauma son más propensas a desarrollar estos trastornos. Además, características de la personalidad, como el perfeccionismo y la necesidad de control, también pueden contribuir.

Factores sociales y culturales

La presión social y cultural para alcanzar un determinado ideal de belleza, que a menudo se asocia con la delgadez, es un factor importante en el desarrollo de los trastornos alimenticios. 

Los medios de comunicación, las redes sociales y la industria de la moda suelen perpetuar imágenes corporales poco realistas que pueden influir negativamente en la autoestima y la percepción corporal de las personas.

Factores familiares

Las dinámicas familiares también pueden influir en el desarrollo de trastornos alimenticios. La presión por ser delgado, la crítica constante del cuerpo, las expectativas de perfección o la falta de apoyo emocional pueden aumentar el riesgo de que una persona desarrolle este tipo de trastornos.

Causas de los trastornos alimenticios

Tipos de trastornos alimenticios

Existen varios tipos de trastornos alimenticios, cada uno con sus propias características y desafíos específicos. Algunos son más conocidos que otros debido a la cultura cinematográfica, pero hay otros que son un poco más inusuales, por lo que te comentamos algunos de ellos.

Anorexia nerviosa

Es quizás el trastorno alimenticio más conocido y se caracteriza por una restricción extrema de la ingesta de alimentos, un miedo intenso a ganar peso y una imagen corporal distorsionada. 

Las personas con anorexia suelen verse a sí mismas con sobrepeso, incluso cuando están peligrosamente delgadas en términos de salud. Este trastorno puede llevar a una desnutrición severa y, en casos extremos, a la muerte.

Bulimia nerviosa

La bulimia se caracteriza por episodios recurrentes de atracones seguidos de conductas compensatorias inapropiadas, como el vómito autoinducido, el uso excesivo de laxantes o el ejercicio excesivo. 

A diferencia de la anorexia, las personas con bulimia a menudo mantienen un peso normal o ligeramente superior, lo que puede hacer que el trastorno sea menos visible para los demás, pero esto no lo exenta de problemas de salud.

Trastorno por atracón

Es el trastorno alimenticio más común y se caracteriza por episodios recurrentes de atracones, en los que la persona come grandes cantidades de alimentos en un corto período de tiempo, a menudo hasta sentirse incómodamente llena. 

A diferencia de la bulimia, las personas con trastorno por atracón no realizan conductas compensatorias, lo que a menudo conduce al sobrepeso y la obesidad, donde se han visto casos de pérdida de la movilidad parcial o total.

Trastorno de la alimentación selectiva o evitativa (ARFID)

Este trastorno se caracteriza por una evitación extrema de ciertos alimentos o por una restricción alimentaria que no está relacionada con la imagen corporal, sino con características como la textura, el color o el olor de los alimentos. Las personas con ARFID pueden tener una ingesta nutricional insuficiente y desarrollar deficiencias nutricionales.

Trastorno de la conducta alimentaria no especificado (TCANE)

Este diagnóstico se utiliza cuando una persona presenta síntomas de un trastorno alimenticio que no encajan perfectamente en las categorías de anorexia, bulimia o trastorno por atracón, pero que aún representan un problema significativo para su salud y bienestar.

Tipos de trastornos alimenticios

¿A qué edad afectan los trastornos alimenticios?

Los trastornos alimenticios pueden afectar a personas de todas las edades, géneros y orígenes étnicos, pero son más comunes en adolescentes y adultos jóvenes. La edad de inicio suele ser entre los 12 y 25 años, un período crítico en el desarrollo de la identidad personal y la imagen corporal.

En la adolescencia, los cambios físicos y hormonales, combinados con la presión social y la influencia de los pares, pueden aumentar el riesgo de desarrollar un trastorno alimenticio. Sin embargo, los trastornos alimenticios no están limitados a los jóvenes; también pueden afectar a niños más pequeños, así como a adultos mayores. 

En los últimos años, ha habido un aumento en el reconocimiento de trastornos alimenticios en hombres y en personas de mayor edad, lo que subraya que estos trastornos no discriminan en función de la edad o el género.

Efectos sobre la salud y la vida

Los trastornos alimenticios pueden tener efectos devastadores en la salud física, mental y emocional de una persona. Los efectos varían según el tipo de trastorno y la gravedad, pero en general pueden incluir:

Consecuencias físicas

Pueden provocar una amplia gama de problemas de salud desde desnutrición, desequilibrios electrolíticos, problemas cardíacos, osteoporosis, problemas gastrointestinales, daño renal, pérdida de cabello y problemas dentales. La anorexia, en particular, puede llevar a una insuficiencia orgánica y a la muerte si no se trata adecuadamente.

Impacto en la salud mental

Las personas con trastornos alimenticios a menudo luchan con problemas de salud mental, como la ansiedad, la depresión, el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) y el abuso de sustancias. Estos problemas pueden exacerbar el trastorno alimenticio y dificultar el proceso de recuperación.

Efectos en la vida diaria

Los trastornos alimenticios pueden interferir en la vida diaria, afectando las relaciones, el rendimiento académico o laboral, y la capacidad de participar en actividades sociales. Las personas con estos trastornos pueden aislarse, evitar situaciones sociales que involucren comida y experimentar sentimientos de vergüenza, culpa y desesperanza.

Riesgo de muerte

Los trastornos alimenticios tienen una de las tasas de mortalidad más altas de cualquier trastorno mental, especialmente la anorexia nerviosa. El riesgo de suicidio también es significativamente mayor en personas con trastornos alimenticios.

¿Cómo evitarlos?

Prevenir los trastornos alimenticios es un desafío, pero hay pasos que se pueden tomar para reducir el riesgo y fomentar una relación saludable con la comida y el cuerpo:

Fomentar una imagen corporal positiva

Es importante promover una imagen corporal saludable y realista, tanto en uno mismo como en los demás. Evitar hablar negativamente sobre el peso o la apariencia física, y centrarse en las cualidades internas y los logros en lugar de en la apariencia externa.

Educar sobre la nutrición

Enseñar a los niños y adolescentes sobre la importancia de una alimentación equilibrada y saludable, sin demonizar ciertos alimentos o categorías de alimentos. Promover la idea de que todos los alimentos pueden tener un lugar en una dieta equilibrada.

Ser un modelo a seguir

Los padres, maestros y figuras de autoridad deben ser conscientes del impacto que tienen sus propias actitudes y comportamientos hacia la comida y el cuerpo en los jóvenes. Es crucial ser un modelo a seguir al mostrar una relación saludable y equilibrada con la comida y el ejercicio.

Fomentar la autoestima y la autoaceptación

Ayudar a los jóvenes a desarrollar una autoestima sólida que no dependa de su apariencia física. Fomentar la autoaceptación y el amor propio, independientemente del peso o la forma corporal.

Reducir la exposición a influencias negativas

Limitar el tiempo de exposición a los medios de comunicación y redes sociales que promuevan ideales corporales poco realistas o que perpetúen la cultura de la dieta. Animar a los jóvenes a seguir cuentas y participar en actividades que promuevan la positividad corporal y la diversidad.

¿Cómo tratar los trastornos alimenticios?

El tratamiento de los trastornos alimenticios es un proceso complejo que requiere un enfoque multidisciplinario. El tratamiento temprano y adecuado es crucial para mejorar las probabilidades de recuperación. Los componentes clave del tratamiento incluyen:

Terapia psicológica

La psicoterapia es un componente central en el tratamiento de los trastornos alimenticios. La terapia cognitivo-conductual (CBT, por sus siglas en inglés) es una de las modalidades terapéuticas más utilizadas y efectivas.

 La CBT se enfoca en identificar y cambiar los patrones de pensamiento distorsionados y las conductas desadaptativas relacionadas con la alimentación y la imagen corporal. También ayuda a las personas a desarrollar habilidades para enfrentar situaciones difíciles y manejar el estrés de manera más saludable.

Terapia familiar

En el caso de adolescentes y jóvenes con trastornos alimenticios, la terapia familiar puede ser muy útil. Este enfoque involucra a los padres y otros miembros de la familia en el proceso de tratamiento, ayudando a crear un entorno de apoyo y promoviendo la recuperación. La Terapia Familiar Basada en el Modelo Maudsley es un enfoque específico que ha demostrado ser efectivo en el tratamiento de la anorexia nerviosa en adolescentes.

Terapia Dialéctico-Conductual (DBT)

Este tipo de terapia se utiliza en casos donde los trastornos alimenticios están acompañados de emociones intensas o de comportamientos autolesivos. La DBT ayuda a las personas a regular sus emociones, mejorar sus relaciones interpersonales y desarrollar habilidades para la vida diaria.

Atención médica y nutricional

Es fundamental que las personas con trastornos alimenticios reciban atención médica regular para monitorear su salud física. Un médico puede ayudar a manejar complicaciones médicas, como desnutrición, desequilibrios electrolíticos y otros problemas asociados con los trastornos alimenticios. 

Además, el apoyo de un dietista o nutricionista especializado en trastornos alimenticios es crucial para ayudar a la persona a restablecer patrones de alimentación saludables que le permitan dejar atrás los trastornos de alimentación.

Medicamentos

En algunos casos, se pueden recetar medicamentos para tratar síntomas asociados con los trastornos alimenticios, como la ansiedad o la depresión. Los antidepresivos o inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), pueden ser útiles en el tratamiento de la bulimia nerviosa y el trastorno por atracón. Sin embargo, los medicamentos no suelen ser la solución principal y se utilizan en combinación con la terapia psicológica.

Grupos de apoyo

Los grupos de apoyo proporcionan un espacio seguro donde las personas que sufren de trastornos alimenticios pueden compartir sus experiencias y recibir apoyo mutuo. Estos grupos pueden ser liderados por profesionales o ser dirigidos por pares que han pasado por experiencias similares. Los grupos de apoyo pueden complementar otros tratamientos y ofrecer una red adicional de comprensión y solidaridad.

Hospitalización y tratamiento residencial

En casos graves, cuando el trastorno alimenticio representa un riesgo significativo para la salud física o mental de la persona, puede ser necesario un tratamiento más intensivo en un hospital o en un centro de tratamiento residencial. Estos entornos proporcionan un monitoreo constante, atención médica especializada y un enfoque terapéutico intensivo que no sería posible en un entorno ambulatorio.

Enfoques alternativos y complementarios

Algunas personas encuentran útiles las terapias alternativas o complementarias, como la meditación, el yoga, la acupuntura o la terapia artística, como parte de su tratamiento. Estas terapias pueden ayudar a reducir el estrés, mejorar la conexión mente-cuerpo y complementar los tratamientos más convencionales.

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La importancia del apoyo y la comprensión

Recuperarse de un trastorno alimenticio es un proceso desafiante que requiere tiempo, paciencia y apoyo constante. Es esencial que las personas que luchan con estos trastornos reciban apoyo no solo de profesionales de la salud, sino también de amigos, familiares y seres queridos.

La comprensión y la empatía son fundamentales para ayudar a alguien a través de su recuperación. Es importante recordar que los trastornos alimenticios no son una elección, sino enfermedades complejas que requieren un tratamiento integral.

Tratamiento de obesidad y trastornos alimenticios

Algunos trastornos alimentarios como el trastorno por atracón están directamente relacionados con los problemas de obesidad. Por lo que un buen tratamiento para el sobrepeso debe tener un enfoque integral que no solo aborde los problemas físicos, sino también los trastornos psicológicos que están detrás. 

Por eso en Lonvital incluimos la ayuda psicológica como parte de nuestro tratamiento contra la obesidad. Conoce cómo nuestros expertos pueden ayudarte a bajar de peso con ayuda psicológica

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