Reflujo gástrico | Qué es y cómo curarlo
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Reflujo gástrico | Qué es y cómo curarlo

11 de nov. de 2024

También conocido como enfermedad por reflujo gastroesofágico o ERGE, el reflujo gástrico es una afección común que puede afectar tu calidad de vida, provocando acidez, dolor y malestar. 

En este artículo, te explicamos qué es, qué lo causa y, lo más importante, cómo puedes aliviar sus síntomas y prevenir su aparición. 

¿Qué es el reflujo gástrico?

El reflujo gástrico es una condición en la que el contenido del estómago, que incluye alimentos, líquidos y jugos gástricos, regresa al esófago. Esto ocurre cuando el esfínter esofágico inferior, que normalmente evita que los contenidos estomacales se escapen, se debilita o no funciona adecuadamente.

Síntomas de reflujo gástrico

El reflujo gástrico se presenta con varios síntomas comunes, que incluyen:

  • Acidez estomacal: sensación de ardor en el pecho o la garganta, especialmente después de comer o al acostarse.

  • Regurgitación: retorno de ácido o comida al esófago, lo que puede provocar un sabor amargo o ácido en la boca.

  • Dificultad para tragar: sensación de que la comida se queda atascada en la garganta o el pecho.

  • Dolor en el pecho: puede confundirse con dolor cardíaco.

  • Tos seca o persistente: puede ser causada por la irritación del esófago.

  • Ronquera o cambios en la voz: debido a la irritación de las cuerdas vocales.

  • Náuseas: a veces acompañadas de vómitos.

  • Sensación de nudo en la garganta: sientes como si tuvieras una bola o algo en la garganta. 

  • Asma o dificultad para respirar: sucede especialmente durante las noches. 

Factores de riesgo del reflujo gástrico

Los principales factores de riesgo que mencionaremos en la siguiente pueden contribuir al desarrollo de esta afección:

Obesidad

El exceso de peso, especialmente alrededor del abdomen, ejerce presión sobre el estómago y el esfínter esofágico inferior (EEI), lo que facilita que el ácido del estómago suba hacia el esófago.

Alimentación inadecuada

El consumo frecuente de alimentos grasos, fritos, picantes, cítricos, y de bebidas como café, alcohol y refrescos, puede relajar el EEI y provocar episodios de reflujo.

Hábitos alimentarios

Comer en exceso, hacerlo demasiado rápido o acostarse justo después de comer puede aumentar la probabilidad de que el contenido del estómago regrese al esófago.

Fumar

El tabaco relaja el EEI y también puede aumentar la producción de ácido en el estómago, lo que incrementa el riesgo de reflujo.

Embarazo

El aumento de la presión intraabdominal y los cambios hormonales durante el embarazo pueden provocar que el ácido del estómago suba al esófago.

Hernia de hiato

Esta condición ocurre cuando parte del estómago se desplaza hacia el tórax a través del diafragma, debilitando el EEI y facilitando el reflujo ácido.

Medicamentos

Algunos medicamentos, como los antiinflamatorios no esteroides (AINEs), los bloqueadores de canales de calcio y ciertos relajantes musculares, pueden relajar el EEI o irritar el esófago, aumentando el riesgo de reflujo.

Estrés

Aunque el estrés por sí mismo no causa reflujo, puede agravar los síntomas al aumentar la sensibilidad al dolor y al interferir con los hábitos alimentarios.

Edad avanzada

Con la edad, el EEI puede volverse menos eficiente y más débil, lo que facilita el reflujo gástrico.

Uso de ropa ajustada

Las prendas que comprimen el abdomen pueden aumentar la presión intraabdominal, favoreciendo que el contenido del estómago suba hacia el esófago.

Factores de riesgo del reflujo gástrico

Diagnóstico del reflujo gástrico

El diagnóstico del reflujo gástrico se basa en una combinación de los síntomas reportados por el paciente, pruebas físicas y, en algunos casos, pruebas especializadas. A continuación, detallamos los principales métodos para diagnosticar esta afección:

Evaluación de los síntomas

El primer paso en el diagnóstico es que el médico evalúe los síntomas del paciente. Si los síntomas son típicos y persistentes, el médico puede hacer un diagnóstico basado solamente en esto.

Prueba terapéutica (tratamiento de prueba)

En algunos casos, los médicos pueden iniciar un tratamiento con inhibidores de la bomba de protones (IBP) para reducir el ácido gástrico. Si los síntomas mejoran, se considera una confirmación indirecta del diagnóstico de reflujo.

Endoscopia digestiva alta

En una endoscopia, se introduce una cámara pequeña a través de la garganta para examinar el esófago, el estómago y el duodeno. Esto permite observar signos de daño en el revestimiento del esófago debido al ácido, como esofagitis, erosiones o úlceras. También se pueden tomar biopsias para descartar otras enfermedades.

Monitorización del pH esofágico

Esta prueba mide la cantidad de ácido que sube al esófago durante un período de 24 horas. Se introduce una sonda a través de la nariz hasta el esófago, o un pequeño dispositivo puede ser colocado temporalmente en el esófago durante una endoscopia. Se monitorea la exposición al ácido y se correlaciona con los síntomas.

Manometría esofágica

Esta prueba mide la presión y los movimientos en el esófago para determinar si el esfínter esofágico inferior (EEI) funciona correctamente. Es útil para descartar otros problemas esofágicos que pueden simular los síntomas de reflujo.

Radiografía con bario

Se ingiere una solución de bario que recubre el tracto digestivo superior, lo que permite a los médicos ver el esófago y el estómago en una radiografía. Aunque no es una prueba común para ERGE, puede ayudar a detectar anomalías estructurales como una hernia de hiato.

Prueba de impedancia esofágica

Similar a la monitorización del pH, esta prueba mide tanto el ácido como otros líquidos o gases que pueden causar síntomas de reflujo, incluso si no son ácidos. Es útil para pacientes cuyos síntomas no mejoran con medicamentos para reducir el ácido.

Biopsias del esófago

Durante una endoscopia, los médicos pueden tomar pequeñas muestras de tejido del esófago para examinar bajo el microscopio. Esto se hace para descartar condiciones como la esofagitis eosinofílica o el esófago de Barrett, que puede desarrollarse en pacientes con reflujo crónico.

Diagnóstico del reflujo gástrico

Complicaciones

El reflujo gástrico no tratado o mal controlado puede llevar a varias complicaciones, algunas de las cuales pueden ser serias, entre estas:

Esofagitis 

La esofagitis es la inflamación del revestimiento del esófago debido a la exposición prolongada al ácido gástrico. Esta inflamación puede causar dolor al tragar, ulceraciones, y en casos graves, sangrado o cicatrización del tejido.

Úlceras esofágicas 

El ácido del estómago puede causar la formación de llagas o úlceras en el revestimiento del esófago. Estas úlceras pueden sangrar, lo que provoca dolor en el pecho, dificultad para tragar y, en casos extremos, anemia por pérdida crónica de sangre.

Estenosis esofágica 

La exposición repetida al ácido gástrico puede causar cicatrización en el esófago, lo que lleva al estrechamiento de la luz del esófago, una condición conocida como estenosis esofágica. Esto puede hacer que sea difícil tragar, especialmente alimentos sólidos, y puede requerir intervenciones para dilatar el esófago.

Esófago de Barrett

El esófago de Barrett es una condición en la cual el revestimiento normal del esófago es reemplazado por tejido similar al que se encuentra en el intestino. Esto ocurre como respuesta a la irritación crónica por el ácido gástrico. 

Cáncer de esófago (adenocarcinoma esofágico) 

El reflujo gástrico crónico y no tratado, especialmente en pacientes con esófago de Barrett, aumenta el riesgo de desarrollar adenocarcinoma esofágico. Este tipo de cáncer es uno de los más graves y a menudo se diagnostica en etapas avanzadas, lo que dificulta su tratamiento.

Asma y problemas respiratorios

El ácido del estómago que regresa al esófago también puede entrar en las vías respiratorias, irritando los pulmones y las vías respiratorias. Esto puede agravar los síntomas del asma, causar tos crónica o incluso neumonía por aspiración en casos severos.

Laringitis y problemas de voz

El reflujo puede irritar las cuerdas vocales y la garganta, causando una condición conocida como laringitis por reflujo. Esto puede provocar ronquera, dolor de garganta crónico, o la sensación de tener algo atrapado en la garganta.

Erosión dental 

La exposición repetida del esmalte dental al ácido gástrico puede causar erosión dental, debilitando los dientes y aumentando el riesgo de caries y otros problemas dentales.

Tos crónica y carraspera 

El reflujo gástrico puede irritar la garganta y las vías respiratorias, lo que provoca tos crónica, carraspera constante o la necesidad de aclarar la garganta frecuentemente. Esto es más común en los casos de reflujo no ácido o reflujo laringofaríngeo.

Problemas del sueño

Las personas con reflujo gástrico pueden experimentar síntomas más graves al acostarse, lo que interrumpe el sueño y causa fatiga diurna. La posición horizontal facilita que el ácido del estómago regrese al esófago, lo que agrava los síntomas.

Mayor riesgo en personas con obesidad

La obesidad es un factor de riesgo significativo para el reflujo gástrico y sus complicaciones. El exceso de grasa abdominal ejerce una mayor presión sobre el estómago, lo que puede provocar que el contenido gástrico, incluyendo el ácido, suba al esófago.

Las personas con obesidad también tienen una mayor probabilidad de desarrollar hernia de hiato, lo que contribuye aún más al reflujo. Además, el reflujo en personas con obesidad tiende a ser más grave y resistente al tratamiento convencional, lo que aumenta el riesgo de sufrir complicaciones como esofagitis, esófago de Barrett y adenocarcinoma esofágico.

Tratamiento del reflujo gástrico

Entre las principales opciones de tratamiento del reflujo gástrico tenemos:

Cambios en el estilo de vida

  • Control del peso: la pérdida de peso es fundamental para las personas con obesidad, ya que puede reducir la presión abdominal y aliviar los síntomas de reflujo.

  • Modificación de la dieta: evitar alimentos que desencadenen el reflujo, como comidas grasosas, picantes, cítricos, chocolate, café, alcohol y refrescos. También se recomienda comer porciones pequeñas y evitar comer justo antes de acostarse.

  • Elevar la cabecera de la cama: dormir con la cabecera elevada al menos 15-20 cm puede ayudar a reducir el reflujo nocturno, ya que la gravedad impide que el ácido regrese al esófago.

  • Evitar acostarse después de comer: es recomendable esperar al menos 2-3 horas después de comer antes de acostarse.

  • Evitar ropa ajustada: usar prendas sueltas alrededor del abdomen para reducir la presión sobre el estómago.

Medicamentos

El tratamiento farmacológico es una opción común y eficaz para el manejo del reflujo gástrico e incluye:

Antiácidos

Estos medicamentos de venta libre (como el hidróxido de magnesio o el carbonato de calcio) neutralizan el ácido del estómago y proporcionan alivio rápido, pero solo son efectivos a corto plazo.

Bloqueadores H2

Reducen la producción de ácido en el estómago. Ejemplos incluyen la ranitidina, famotidina y cimetidina. Son eficaces para casos leves a moderados de reflujo.

Inhibidores de la bomba de protones (IBP)

Los IBP, como omeprazol, esomeprazol, pantoprazol y lansoprazol, son los medicamentos más potentes para reducir la producción de ácido. Son muy eficaces para el tratamiento a largo plazo de síntomas graves o complicaciones del reflujo.

Procinéticos

Estos medicamentos, como la metoclopramida, ayudan a acelerar el vaciado del estómago, lo que puede reducir la probabilidad de que el contenido gástrico regrese al esófago. Sin embargo, se usan menos frecuentemente debido a sus efectos secundarios.

Terapia endoscópica

En algunos casos, los procedimientos endoscópicos pueden ser una opción para pacientes que no responden adecuadamente a los medicamentos o para aquellos que buscan una alternativa a largo plazo. Los procedimientos endoscópicos incluyen:

Radiofrecuencia (Stretta)

Utiliza energía de radiofrecuencia para fortalecer el esfínter esofágico inferior (EEI), reduciendo la cantidad de ácido que regresa al esófago.

Procedimientos de plicatura endoscópica

En estos procedimientos, se realizan pliegues o suturas en el EEI mediante un endoscopio para fortalecer la válvula entre el estómago y el esófago.

Cirugía

La cirugía es una opción para pacientes con reflujo grave que no responden al tratamiento médico o que prefieren una solución definitiva. Los procedimientos quirúrgicos más comunes incluyen:

Funduplicatura de Nissen

En este procedimiento, se envuelve la parte superior del estómago alrededor del esófago inferior para reforzar el EEI y prevenir el reflujo.

Funduplicatura parcial

Variantes de la funduplicatura de Nissen en las que el estómago se envuelve parcialmente alrededor del esófago. Esto puede ser menos invasivo, pero también menos efectivo en algunos casos.

Sistema LINX

Es un dispositivo magnético que se coloca alrededor del EEI mediante una cirugía mínimamente invasiva. El dispositivo mejora la función del EEI para evitar que el ácido suba al esófago, pero permite el paso normal de alimentos al estómago.

Tratamientos complementarios

Además del tratamiento médico y quirúrgico, algunos pacientes pueden encontrar alivio con tratamientos complementarios, como la acupuntura o el uso de suplementos alimentarios que apoyen la salud digestiva, como el magnesio. Sin embargo, estos enfoques no deben sustituir el tratamiento médico, sino que pueden utilizarse como complementos bajo supervisión médica.

Recomendaciones generales

  • Mantén un peso adecuado: controlar tu peso ayuda a reducir la presión sobre el abdomen y disminuye el riesgo de reflujo gástrico.

  • Adopta una dieta saludable: evita la ingesta de alimentos que desencadenen el reflujo, como comidas grasosas (especialmente grasas trans), picantes, cítricos, chocolate, cafeína, alcohol y bebidas carbonatadas.

  • Evita comer en exceso: come en porciones pequeñas y más frecuentemente durante el día para evitar sobrecargar tu estómago.

  • No te acuestes inmediatamente después de comer: espera al menos 2-3 horas antes de acostarte después de una comida para evitar que el ácido suba al esófago.

  • Eleva la cabecera de tu cama: dormir con la cabecera elevada entre 15-20 cm puede ayudarte a reducir el reflujo nocturno, ya que la gravedad mantendrá el ácido en el estómago.

  • Usa ropa suelta: evita usar prendas ajustadas alrededor del abdomen, ya que pueden aumentar la presión sobre tu estómago.

  • Haz ejercicio regularmente: la actividad física moderada te ayuda a mantener un peso saludable y a mejorar tu digestión. Evita hacer ejercicio inmediatamente después de comer para no empeorar los síntomas de reflujo.

  • Deja de fumar: fumar relaja el esfínter esofágico inferior, lo que aumenta el riesgo de reflujo. Dejar de fumar te ayudará a reducir estos episodios.

  • Reduce el consumo de alcohol: el alcohol puede irritar tu esófago y relajar el esfínter, lo que provoca más episodios de reflujo. Limita su ingesta para minimizar los síntomas.

  • Identifica y evita los desencadenantes: aprende a reconocer qué alimentos o hábitos empeoran tus síntomas y evítalos para mejorar el control del reflujo. Por ejemplo, en algunos pacientes puede ser el consumo de café, mientras que en otros alimentos demasiado altos en grasas. 

  • Consulta a tu médico si presentas síntomas frecuentes: si experimentas síntomas de reflujo más de dos veces por semana o si no mejoran con cambios en tu estilo de vida, acude a tu médico para un diagnóstico adecuado y tratamiento.

Preguntas frecuentes sobre el reflujo gástrico 

¿Qué se siente cuando tengo un reflujo gástrico?

El reflujo gástrico causa una sensación de ardor o quemazón en el pecho (acidez), que puede subir hacia la garganta, acompañado de regurgitación ácida. También puedes sentir un sabor amargo en la boca, dificultad para tragar, dolor en el pecho o tos persistente, especialmente al acostarte.

¿Cómo se quita el reflujo gástrico?

Para aliviar el reflujo gástrico, puedes realizar cambios en tu estilo de vida como evitar comidas grasosas, no acostarte después de comer, y elevar la cabecera de la cama. Además, los medicamentos como antiácidos, bloqueadores H2 o inhibidores de la bomba de protones son efectivos para reducir los síntomas.

¿Qué es lo que provoca el reflujo?

El reflujo gástrico ocurre cuando el esfínter esofágico inferior se relaja o no cierra correctamente, permitiendo que el ácido del estómago suba al esófago. Esto puede ser causado por factores como la obesidad, alimentos grasos, alcohol, tabaco, ciertas medicinas, el embarazo o el estrés.

¿Qué es bueno comer para quitar el reflujo?

Para aliviar el reflujo, te recomendamos consumir alimentos como vegetales, avena, jengibre, plátanos, papaya, pollo sin piel y pescado al vapor. También debes beber agua en pequeñas cantidades durante el día y debes evitar alimentos irritantes como el chocolate, los cítricos, y las comidas grasas.

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