Cáncer y obesidad: ¿Cómo se relacionan?
¿Sabías que el exceso de peso puede aumentar el riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer?
En este artículo de Lonvital, explicaremos cómo se conectan estas dos condiciones y algunos tratamientos que pueden ayudarte a perder peso.
¿De qué manera se relacionan el cáncer y la obesidad?
La relación entre el cáncer y la obesidad se explica claramente a través de diversos mecanismos biológicos que el exceso de grasa corporal desencadena en el organismo, como:
Cambios hormonales
La obesidad incrementa los niveles de estrógenos, insulina y leptina. Estas hormonas, producidas en mayor cantidad por el tejido adiposo, pueden estimular el crecimiento de células tumorales en órganos como las mamas, el endometrio y el colon.
Cambios metabólicos
Los cambios metabólicos también juegan un papel clave. Las personas con obesidad suelen desarrollar resistencia a la insulina, lo que eleva los niveles de glucosa en la sangre y genera un ambiente favorable para el crecimiento celular descontrolado.
Exceso de grasa
El exceso de grasa visceral produce inflamación crónica debido a la liberación de citoquinas inflamatorias, como el factor de necrosis tumoral alfa (TNF-α) e interleucinas, que pueden dañar el ADN y facilitar la formación de tumores. Además, el tejido adiposo en exceso afecta la regulación del sistema inmunológico, reduciendo su capacidad para identificar y eliminar células anormales.
¿Qué tipos de cáncer produce la obesidad?
La obesidad está vinculada con 13 tipos de cáncer:
1. Cáncer de mama (postmenopáusico)
La obesidad aumenta los niveles de estrógenos en mujeres posmenopáusicas debido al tejido adiposo, principal fuente de esta hormona después de la menopausia.
Este exceso hormonal estimula la proliferación celular en el tejido mamario, aumentando el riesgo de desarrollar tumores. Además, la inflamación crónica y la resistencia a la insulina contribuyen a la progresión del cáncer de mama.
2. Cáncer de endometrio
El tejido adiposo eleva los niveles de estrógenos sin el equilibrio de progesterona, lo que puede provocar un crecimiento excesivo en el revestimiento del útero (endometrio).
Este desequilibrio hormonal, junto con la inflamación sistémica asociada al exceso de grasa, incrementa significativamente el riesgo de cáncer de endometrio, especialmente en mujeres con obesidad severa.
3. Cáncer de colon y recto
La obesidad favorece la resistencia a la insulina, elevando los niveles de insulina y factores de crecimiento relacionados, lo que estimula el desarrollo de células cancerosas en el colon. Además, la inflamación crónica y el impacto negativo de las dietas altas en grasas y azúcares contribuyen al riesgo de cáncer colorrectal.
4. Cáncer de esófago (adenocarcinoma)
El exceso de grasa abdominal aumenta el riesgo de reflujo gastroesofágico y esofagitis crónica, condiciones que pueden dañar el revestimiento del esófago. Esta inflamación persistente y las alteraciones celulares asociadas aumentan la probabilidad de desarrollar adenocarcinoma de esófago en personas con obesidad.
5. Cáncer de riñón (carcinoma de células renales)
La obesidad genera hipertensión y resistencia a la insulina, ambos factores que pueden dañar los riñones y fomentar el desarrollo de tumores renales. Además, el tejido adiposo produce citoquinas inflamatorias que contribuyen a un entorno favorable para el crecimiento de células cancerosas en los riñones.
6. Cáncer de páncreas
El aumento de insulina y los niveles elevados de glucosa, características comunes de la obesidad, son factores clave en el desarrollo del cáncer de páncreas. La inflamación crónica y el estrés oxidativo asociados también contribuyen al crecimiento de células malignas en este órgano.
7. Cáncer de hígado
La obesidad se asocia con enfermedades hepáticas como la esteatosis hepática no alcohólica, que puede progresar a cirrosis y cáncer de hígado. La inflamación crónica y los depósitos de grasa en el hígado crean un entorno propicio para el desarrollo de tumores hepáticos.

8. Cáncer de vesícula biliar
El exceso de peso aumenta el riesgo de formación de cálculos biliares y enfermedades inflamatorias de la vesícula biliar. Estas condiciones pueden dañar el tejido vesicular, aumentando el riesgo de desarrollar cáncer en esta área, especialmente en mujeres con obesidad.
9. Cáncer de tiroides
La obesidad puede alterar las hormonas tiroideas y aumentar la inflamación sistémica, lo que podría contribuir al crecimiento anormal de células en la glándula tiroides. Estos cambios favorecen el desarrollo de nódulos y tumores, incluyendo cáncer de tiroides.
10. Mieloma múltiple
El exceso de grasa corporal altera la función inmunológica y promueve la inflamación crónica, lo que afecta a las células plasmáticas de la médula ósea. Estas alteraciones pueden favorecer el desarrollo de mieloma múltiple, un cáncer que afecta principalmente a adultos mayores.
11. Cáncer de ovario
En mujeres con obesidad, los niveles elevados de estrógenos y la inflamación crónica pueden contribuir al crecimiento de tumores en los ovarios. Además, el tejido adiposo puede alterar las señales hormonales y aumentar el riesgo de cáncer ovárico.
12. Cáncer de próstata
Aunque la relación no está completamente establecida, la obesidad puede influir en el crecimiento de cáncer de próstata avanzado. Los cambios hormonales, como niveles reducidos de testosterona y alteraciones en los factores de crecimiento, pueden favorecer la progresión tumoral.
13. Cáncer gástrico (cardias gástrico)
El exceso de grasa abdominal puede aumentar la presión intra abdominal, favoreciendo el reflujo gastroesofágico y el daño crónico en la unión gastroesofágica. Este entorno inflamatorio incrementa el riesgo de cáncer en el cardias gástrico.
Te podría interesar: Qué es la obesidad y cómo tratarla

¿Cómo perder peso para evitar los riesgos del cáncer?
La pérdida de peso no solo ayuda a mejorar la salud en general, sino que también reduce significativamente el riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer relacionados con la obesidad. Para lograrlo, es importante abordar este objetivo desde un enfoque integral que combine:
1. Plan alimenticio diseñado para cada paciente
Un plan de alimentación equilibrado es la base para perder peso de manera saludable y sostenible. Este debe adaptarse a las necesidades específicas de cada persona, teniendo en cuenta factores como edad, sexo, nivel de actividad física, estado de salud y preferencias alimentarias.
Recomendaciones básicas:
Dieta rica en nutrientes: priorizar el consumo de frutas, verduras, proteínas magras, granos integrales y grasas saludables.
Control de porciones: reducir el tamaño de las porciones para evitar el consumo excesivo de calorías.
Reducir la ingesta de alimentos ultraprocesados: limitar el consumo de alimentos ricos en azúcares, grasas saturadas y sodio.
Hidratación adecuada: es importante hidratarse correctamente, beber al menos 8 vasos de agua al día.
Atención a las necesidades individuales: en personas con condiciones médicas como diabetes o hipertensión, el plan debe ajustarse para controlar estas afecciones mientras se promueve la pérdida de peso.
Asesoría profesional: para garantizar que el plan alimentario sea seguro y efectivo, evitando deficiencias nutricionales.
2. Actividad física adaptada a las capacidades
El ejercicio regular no solo ayuda a quemar calorías, sino que también mejora la salud metabólica y reduce los niveles de inflamación, factores importantes en la prevención del cáncer. Es fundamental que la actividad física se adapte a las capacidades y limitaciones de cada paciente.
Tipos de ejercicios recomendados:
Ejercicio aeróbico: caminar, nadar o andar en bicicleta al menos 150 minutos por semana, incrementando gradualmente la intensidad.
Entrenamiento de fuerza: incorporar ejercicios con pesas o bandas elásticas para fortalecer músculos y mejorar el metabolismo.
Ejercicios de bajo impacto: en personas con limitaciones físicas, actividades como yoga o pilates ayudan a mantener el cuerpo activo sin riesgos de lesiones.
Personalización: un entrenador profesional o fisioterapeuta pueden garantizar que el programa sea seguro y adecuado a las condiciones de cada persona.
3. Farmacología para el manejo del peso
En algunos casos, la pérdida de peso puede requerir apoyo farmacológico bajo supervisión médica, el cual es útil cuando el exceso de peso representa un riesgo significativo para la salud y no se logra reducir mediante una alimentación y ejercicio.
Los pinchazos para adelgazar disminuyen la ansiedad por comer y retrasan el vaciado gástrico ayudando a que los pacientes pueden perder entre un 5% y 15% de su peso corporal en algunos meses.
Estos medicamentos requieren receta y acompañamiento médico. Puedes conocer más en el siguiente artículos: medicamentos para la obesidad

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