La autoestima es un concepto central en la salud mental, influyendo directamente en la manera en que una persona se percibe a sí misma y en cómo se relaciona con el mundo que la rodea. La baja autoestima es un problema común que afecta a muchas personas y puede manifestarse de diversas formas, incluyendo la relación con el cuerpo y la imagen personal.
En particular, la obesidad y el sobrepeso pueden tener un impacto significativo en la autoestima, llevando a un ciclo de autopercepción negativa que afecta todos los aspectos de la vida. En este artículo abordaremos en profundidad qué es la baja autoestima, sus síntomas, causas, la relación entre autoestima y obesidad, y cómo tratar la baja autoestima causada por el sobrepeso.
¿Qué es la autoestima baja?
La autoestima baja se refiere a una evaluación y visión negativa de uno mismo. Las personas que la padecen tienden a manifestar una percepción distorsionada de sus habilidades, valor y atractivo, lo que a menudo conduce a sentimientos de insuficiencia e inseguridad.
Esto no solo afecta la vida emocional y mental, sino que también puede influir en las decisiones que se toman, las relaciones interpersonales y la capacidad para enfrentar los desafíos diarios.
Síntomas de la autoestima baja
Los síntomas se manifiestan en mayor o menor medida en cada persona, y aunque hay peculiaridades, estos suelen ser los síntomas más comunes:
Autocrítica constante: Las personas con baja autoestima se critican duramente, no se permiten errores y minimizan sus logros. Tienden a tener tolerancia cero consigo mismos.
Sentimiento de inutilidad: Pueden sentir que no son lo suficientemente buenos, que no merecen cosas buenas en la vida, o que no son dignos de amor y respeto.
Evitar desafíos: A menudo, estas personas evitan situaciones en las que podrían fallar o ser juzgadas, lo que limita su crecimiento personal y profesional. Esto se conoce como no salir de su zona de confort.
Necesidad de aprobación externa: Buscan constantemente la aprobación de los demás para sentirse validadas, pero incluso cuando la obtienen, no la internalizan. Así se genera un círculo vicioso de aprobación constante, pero al mismo tiempo, no creerla.
Ansiedad y depresión: La baja autoestima está fuertemente relacionada con trastornos de ansiedad y depresión, ya que la autopercepción negativa puede llevar a sentimientos persistentes de tristeza y desesperanza que se prolongan en el tiempo. Irónicamente, aunque el dolor emocional es persistente, lo minimizan y hasta creen merecerlo.
Problemas en las relaciones: No tener una autoestima saludable puede generar relaciones desequilibradas, donde la persona se siente inferior y acepta comportamientos dañinos de otros, o se vuelve excesivamente dependiente. También, puede desencadenar comportamientos evitativos.
Dificultad para expresar necesidades y preocupaciones: Pueden tener problemas para expresar sus deseos e inquietudes, lo que conduce a la insatisfacción y el resentimiento consigo mismo y los demás. Tienden a desestimar sus emociones y preocupaciones, generalmente, resaltando las de otros.
Causas de la autoestima baja
Esta autopercepción desfavorable se desarrolla a lo largo del tiempo y puede tener múltiples causas, entre las cuales destacan:
Experiencias negativas en la infancia: El ambiente y las relaciones familiares juegan un papel crucial en el desarrollo de la persona. La mayoría de los niños que crecen en hogares donde se les critica constantemente, se les ignora o no se les proporciona suficiente afecto y apoyo pueden desarrollar baja autoestima.
Acoso escolar: El bullying, ya sea físico, verbal o emocional, puede tener un impacto devastador en la autoestima de un niño, y estos efectos pueden persistir hasta la adultez. Entre las principales causas están aquellas actitudes y comentarios que hemos “normalizado”, pero que terminan perjudicando la manera en que los niños se perciben a sí mismos y a su entorno.
Traumas: Eventos traumáticos como el abuso (sexual, emocional, físico y/o verbal), la negligencia o la pérdida de un ser querido pueden afectar la autoestima. Estas experiencias negativas tienden a relacionarse con la represión y la gestión emocional.
Expectativas irreales: Crecer con expectativas excesivamente altas, ya sea autoimpuestas o impuestas por otros, puede llevar a un sentimiento constante de fracaso y, por lo tanto, a una baja autoestima.
Factores socioculturales: La presión social para cumplir con ciertos estándares de belleza, éxito y comportamiento puede contribuir a la baja autoestima, especialmente en sociedades donde la apariencia física es muy valorada. Un factor importante en este punto son los llamados estereotipos. Esos “moldes” que “debemos seguir” para encajar generan malestar.
Problemas de salud mental: Condiciones como la depresión, la ansiedad y los trastornos alimentarios a menudo están vinculadas con la baja autoestima, ya que representan alteraciones mentales y físicas que dificultan una buena relación con nosotros mismos.
Autoestima y Obesidad: Una relación compleja
La obesidad y la autoestima baja están interconectadas de manera compleja. Las personas que sufren de sobrepeso u obesidad a menudo enfrentan un estigma social significativo, lo que puede afectar negativamente su autoestima. Este estigma puede manifestarse en comentarios hirientes, discriminación y exclusión social, lo que alimenta sentimientos de vergüenza y autodesprecio.
Recordemos que la sociedad tiene una construcción particular y muchas veces los roles que debe cumplir cada uno ya están establecidos, y cuando alguien se sale de esos cánones, no se ve con buenos ojos. Este proceso también ocurre de forma interna. En ocasiones, cuando una persona posee una distorsión sobre sí misma, asignándose un papel en su entorno que no cumple, esa baja autoestima solo se alimenta.
Factores que contribuyen a la baja autoestima en personas con obesidad
Las personas con sobrepeso suelen tener problemas de autoestima, generalmente se sienten insatisfechos con su propia imagen y estilo de vida. Y eso les hace entrar en un círculo vicioso de ansiedad y depresión que les lleva a hábitos poco saludables, que a su vez genera frustración y vuelve a comenzar el círculo. Algunos de los factores que influyen en la baja autoestima de estos pacientes son:
Estigmatización social: La sociedad a menudo impone estándares de belleza inalcanzables, glorificando cuerpos delgados y asociando el sobrepeso con la falta de autocontrol, pereza y fealdad. Este estigma puede hacer que las personas con sobrepeso se sientan mal consigo mismas y que no encajan en los moldes de esta sociedad.
Autoimagen negativa: La exposición constante a imágenes idealizadas en las redes sociales, en especial la juventud, puede llevar a comparaciones dañinas. Las personas con obesidad pueden desarrollar una autoimagen negativa, viéndose a sí mismas como menos atractivas o valiosas.
Discriminación y prejuicio: Las personas con sobrepeso pueden experimentar discriminación en diversos ámbitos, como el trabajo, la educación y las relaciones personales. Este trato desigual puede erosionar la autoestima con el tiempo. Generalmente esto proviene de la desinformación sobre el tema. Además de las concepciones erróneas de que un grupo de personas es mejor que otras.
Problemas de salud: Las complicaciones de salud asociadas con la obesidad, como la diabetes, las enfermedades cardíacas y los problemas articulares, pueden contribuir a sentimientos de ansiedad y culpabilidad.
Ciclo de autocrítica: La baja autoestima puede llevar a comportamientos que perpetúan la obesidad, como la alimentación emocional, la falta de ejercicio y la evitación de situaciones sociales. Esto crea un ciclo en el que la obesidad y la baja autoestima se refuerzan mutuamente. Este comportamiento se vuelve una forma de autovalidar lo que se cree que debemos saber de nosotros mismos.
Cómo tratar la baja autoestima causada por el sobrepeso
La manera más efectiva de tratar el sobrepeso es a través de un enfoque integral que aborde tanto los problemas psicológicos relacionados al autoestima, trastornos y depresión; así como un enfoque médico y físico. Un buen tratamiento para la baja autoestima por obesidad son:
Psicoterapia
Es una herramienta poderosa para trabajar este tema. Prácticas como la Terapia Cognitivo-Conductual (TCC) pueden ayudar a las personas a identificar y cambiar patrones de pensamiento negativos. La TCC se centra en desafiar las creencias irracionales y distorsionadas sobre uno mismo y en desarrollar una autoimagen más realista y positiva.
Beneficios de la TCC en la baja autoestima:
Ayuda a los pacientes a reconocer y modificar pensamientos automáticos negativos.
Promueve la autoaceptación y la compasión hacia uno mismo.
Enseña habilidades para manejar la autocrítica y la ansiedad social.
Fomenta comportamientos que refuerzan una autoestima saludable.
Construir una autoimagen positiva
Trabajar activamente para construir una autoimagen positiva es crucial para superar la baja autoestima. Esto implica:
Practicar la autocompasión: Ser amable con uno mismo y aceptar que todos tienen defectos, cometen errores y que eso nos hace humanos.
Centrarse en las fortalezas: Identificar y celebrar las cualidades y habilidades personales nos ayuda a construir una imagen propia más fuerte.
Reformular pensamientos negativos: Es una cuestión de perspectiva, en lugar de pensar "no soy lo suficientemente bueno", intenta reformular a algo como "estoy mejorando, soy fuerte por intentarlo y no rendirme”.
Identificar y redefinir la relación con su cuerpo
Para muchas personas con obesidad, la relación con su cuerpo está marcada por la vergüenza y la insatisfacción. Aprender a amar y aceptar el cuerpo, independientemente de su tamaño, es esencial para mejorar la autoestima.
Estrategias para una relación corporal positiva
Movimiento por gusto: Participar en actividades físicas que se disfrutan, no solo para perder peso, sino para sentirse bien, puede mejorar la salud física, emocional y mental.
Cuidado personal: Practicar el autocuidado a través de la alimentación nutritiva, la hidratación, el descanso adecuado y actividades que promuevan el bienestar.
Vestirse con confianza: Usar ropa que nos haga sentir bien y cómodos, sin importar la talla, que muestren nuestro estilo y personalidad.
Educación nutricional y hábitos saludables
Adoptar hábitos alimenticios saludables no solo mejora la salud física, sino también la autoestima. Entender cómo la nutrición afecta el cuerpo y aprender a tomar decisiones alimenticias equilibradas puede empoderar a las personas con obesidad a sentirse más en control de su salud.
Aspectos clave de la educación nutricional
Comprensión de la nutrición balanceada: Aprender a preparar comidas que incluyan todos los grupos de alimentos se vuelve imprescindible.
Fomentar la alimentación intuitiva: Escuchar las señales internas de hambre y saciedad en lugar de seguir dietas restrictivas.
Evitar la mentalidad de dieta: En lugar de enfocarse en perder peso rápidamente, centrarse en adoptar hábitos alimenticios que sean sostenibles a largo plazo es la solución. La noción de peso debe estar asociada a nuestras dimensiones corporales particulares.
Establecimiento de metas realistas
El establecimiento de metas realistas y alcanzables es vital para evitar la frustración y la desesperanza. Los objetivos deben centrarse en la mejora de la salud general y el bienestar, en lugar de la pérdida de peso.
Consejos para establecer metas
Definir objetivos pequeños y alcanzables: Establecer metas diarias o semanales, como aumentar el consumo de agua o caminar 30 minutos al día.
Celebrar los logros: Reconocer y celebrar los avances, las grandes victorias se conquistan con pasos pequeños pero constantes.
Evitar la comparación con los demás: Concentrarse en el progreso personal, en lugar de compararse con los estándares de los demás. Recuerda, cada persona va a su ritmo.
Revisión médica profesional
Patologías como la diabetes tipo 2 y la hipertensión están estrechamente relacionadas con la obesidad y la baja autoestima. Por esa razón, tratar la obesidad desde un enfoque médico es de gran ayuda tanto para bajar de peso como para mejorar la autoestima.
Considera lo siguiente
La autoestima baja es una autopercepción negativa que afecta la forma en que una persona se ve a sí misma y se relaciona con el mundo. Puede manifestarse a través de síntomas como la autocrítica constante, la necesidad de aprobación externa y problemas en las relaciones interpersonales.
Cuando la baja autoestima se asocia con la obesidad, el problema se agrava debido al estigma social, la autoimagen negativa y la discriminación que enfrentan las personas con sobrepeso.
La relación entre autoestima y obesidad es compleja, y muchas veces se crea un ciclo de autocrítica y comportamientos que perpetúan ambas condiciones. Tratar la baja autoestima vinculada al sobrepeso requiere un enfoque integral y multidisciplinario que combine psicoterapia, educación nutricional, la construcción de una autoimagen positiva, el establecimiento de metas realistas y tratamiento médico.
En Lonvital, abordamos el sobrepeso desde un enfoque integral para evitar el efecto rebote, la frustración y la baja autoestima que normalmente acompaña a la obesidad y al fracaso de otros tratamientos.
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