Lumbalgia mecánica: Causas, síntomas y tratamiento

La lumbalgia mecánica es una de las afecciones más comunes que padecen millones de personas en todo el mundo. A menudo, este dolor lumbar puede interferir con nuestras actividades diarias, limitando nuestra capacidad para trabajar, realizar tareas cotidianas e incluso disfrutar de nuestro tiempo libre. 

En este artículo, hablaremos sobre la lumbalgia mecánica, sus causas, síntomas y las diferentes opciones de tratamiento disponibles para aliviar el dolor y mejorar la calidad de vida.

¿Qué es la lumbalgia mecánica?

También se le conoce como dolor lumbar mecánico. Es un tipo de dolor que se origina en la región baja de la espalda, específicamente en la columna lumbar. Este dolor generalmente se debe a problemas en los músculos, ligamentos, discos intervertebrales o articulaciones de la columna vertebral. 

A diferencia de otros tipos de lumbalgia que pueden ser causados por enfermedades inflamatorias o infecciosas, la lumbalgia mecánica suele estar relacionada con el uso excesivo, la mala postura, o el desgaste natural de las estructuras de la columna.

Este tipo de dolor es conocido como "mecánico" porque se desencadena o se agrava con ciertos movimientos o posiciones, como agacharse, levantar objetos pesados, o permanecer sentado durante largos periodos de tiempo.

La buena noticia es que, aunque puede ser dolorosa y debilitante, suele ser tratable con medidas conservadoras.

Tipos de lumbalgia mecánica

Existen diferentes formas de clasificar la lumbalgia mecánica, dependiendo de las estructuras involucradas y la duración del dolor. A continuación, describimos algunas de las más comunes:

1. Lumbalgia aguda: Este tipo de dolor aparece de manera repentina y dura menos de seis semanas. Suele estar relacionado con un esfuerzo físico excesivo o una lesión.

2. Lumbalgia sub-aguda: En este caso, el dolor dura entre seis semanas y tres meses. Puede ser una continuación de la lumbalgia aguda que no se resolvió por completo.

3. Lumbalgia crónica: Se refiere a un dolor lumbar que persiste durante más de tres meses. La lumbalgia crónica puede ser el resultado de una acumulación de lesiones menores o de un problema estructural más grave.

4. Lumbalgia específica e inespecífica: La específica es aquella en la que se puede identificar una causa clara, como una hernia de disco. La inespecífica, por otro lado, no tiene una causa evidente y se diagnostica por exclusión.

   

Causas de la lumbalgia mecánica

Las causas pueden ser variadas, y en muchos casos, se deben a una combinación de factores. Algunas de ellas son: 

• Esfuerzos físicos excesivos: Levantar objetos pesados de manera incorrecta, movimientos repetitivos, o actividades físicas intensas pueden provocar lesiones en los músculos, ligamentos o discos intervertebrales.

• Mala postura: Mantener una postura inadecuada durante largos períodos, ya sea al estar sentado, de pie o al dormir, puede generar tensión en la columna lumbar y desencadenar dolor.

• Desgaste natural: Con el paso del tiempo, las estructuras de la columna vertebral, como los discos intervertebrales y las articulaciones, pueden desgastarse, lo que puede llevar a la aparición de lumbalgia mecánica.

• Lesiones: Caídas, accidentes automovilísticos o lesiones deportivas pueden causar daño en la columna lumbar y dar lugar a dolor mecánico.

• Condiciones degenerativas: Enfermedades como la osteoartritis o la espondilosis pueden contribuir al desarrollo de lumbalgia mecánica al afectar las articulaciones y los discos de la columna.

Síntomas de la lumbalgia mecánica

Pueden variar en intensidad y duración, pero suelen incluir:

• Dolor en la parte baja de la espalda: Este es el síntoma principal y puede ser un dolor sordo, constante, o un dolor agudo que empeora con ciertos movimientos o posiciones.

• Rigidez: Es común sentir rigidez en la parte baja de la espalda, especialmente después de estar sentado o de pie durante largos periodos.

• Dolor que irradia a las piernas: En algunos casos, el dolor puede extenderse desde la parte baja de la espalda hacia los glúteos y las piernas, un síntoma conocido como ciática.

• Dificultad para moverse: La lumbalgia mecánica puede limitar la capacidad para moverse libremente, dificultando tareas cotidianas como agacharse o levantarse.

• Espasmos musculares: Los músculos de la espalda pueden contraerse involuntariamente como respuesta al dolor o a la tensión, lo que puede intensificar el malestar.

  

Tratamiento de la lumbalgia mecánica

El tratamiento  generalmente comienza con medidas conservadoras, enfocadas en aliviar el dolor y mejorar la función de la columna vertebral. Algunas opciones de tratamiento incluyen:

Reposo relativo

Aunque no se recomienda el reposo absoluto, reducir temporalmente las actividades que provocan dolor puede ayudar a reducir la inflamación y permitir que la espalda se recupere.

Aplicación de calor o frío

Usar una compresa caliente o una bolsa de hielo en la zona afectada puede ayudar a aliviar el dolor y reducir la inflamación.

Medicamentos

Los analgésicos de venta libre, como el paracetamol o los antiinflamatorios no esteroides (AINEs), pueden ser efectivos para aliviar el dolor y reducir la inflamación. En casos más graves, un médico puede recetar medicamentos más fuertes o relajantes musculares.

Fisioterapia

Un fisioterapeuta puede enseñar ejercicios específicos para fortalecer los músculos de la espalda, mejorar la flexibilidad y corregir la postura, lo que puede ayudar a prevenir futuros episodios de lumbalgia.

Ejercicio regular

Mantenerse activo y realizar ejercicios suaves, como caminar o nadar, puede ser beneficioso para mantener la movilidad y prevenir la rigidez en la columna.

Te podría interesar: los mejores ejercicios para el dolor lumbar

Masajes

Los masajes terapéuticos pueden ayudar a aliviar la tensión muscular y mejorar la circulación en la zona afectada.

Terapias alternativas

Algunas personas encuentran alivio con terapias como la acupuntura, la quiropráctica o el yoga, que pueden ayudar a reducir el dolor y mejorar la flexibilidad.

Intervenciones quirúrgicas

En casos raros donde el dolor no mejora con tratamientos conservadores, o si hay compresión severa de los nervios, puede ser necesario recurrir a una cirugía.

Pruebas diagnósticas para la lumbalgia mecánica

Para diagnosticar la lumbalgia mecánica, hay distintas pruebas que recomendamos: 

1. Historia clínica y examen físico: El médico evaluará los síntomas, la historia de lesiones, y realizará un examen físico para identificar posibles fuentes de dolor.

2. Radiografías: Estas pueden ser útiles para detectar problemas estructurales en la columna vertebral, como fracturas o anomalías en los discos intervertebrales.

3. Resonancia magnética (RM) o tomografía computarizada (TC): Estas pruebas de imagen avanzadas proporcionan una visión detallada de los tejidos blandos, discos y nervios en la columna, y ayudan a identificar problemas como hernias discales.

4. Electromiografía (EMG): Si hay síntomas de compresión nerviosa, como ciática, se puede realizar una EMG para evaluar la función de los nervios y los músculos.

Factores de riesgo para la lumbalgia mecánica

Algunos factores pueden aumentar el riesgo de desarrollar lumbalgia mecánica, incluyendo:

• Edad: El desgaste natural de la columna vertebral es más común a medida que envejecemos.

• Sobrepeso: El exceso de peso aumenta la carga sobre la columna lumbar, lo que puede contribuir al desarrollo de lumbalgia mecánica.

• Falta de actividad física: Un estilo de vida sedentario puede debilitar los músculos de la espalda, lo que hace que la columna sea más susceptible al dolor.

• Trabajo físico: Trabajos que requieren levantar objetos pesados o realizar movimientos repetitivos pueden aumentar el riesgo de lesiones en la espalda.

• Mala postura: Mantener una postura inadecuada durante largos periodos de tiempo puede generar tensión en la columna y causar dolor lumbar.

Factores desencadenantes de la lumbalgia mecánica

Además de los factores de riesgo, ciertos factores desencadenantes pueden precipitar un episodio de lumbalgia mecánica:

• Movimientos bruscos o incorrectos: Levantar un objeto pesado con una técnica incorrecta o realizar un movimiento brusco puede desencadenar dolor lumbar.

• Estar sentado o de pie por largos períodos: La falta de movimiento o la permanencia en una misma posición durante mucho tiempo puede causar dolor en la parte baja de la espalda.

• Estrés: El estrés emocional puede provocar tensión muscular, especialmente en la región lumbar, lo que puede desencadenar o agravar la lumbalgia.

• Fatiga muscular: Realizar actividades físicas sin el acondicionamiento adecuado puede sobrecargar los músculos de la espalda y provocar dolor.

Prevención de la lumbalgia mecánica

La prevención es clave para evitar episodios recurrentes de lumbalgia mecánica y mantener la salud de nuestra espalda. A continuación, algunas estrategias que podemos adoptar para prevenir esta afección:

Mantener una buena postura

Es fundamental prestar atención a nuestra postura tanto al estar sentados como al caminar o al levantar objetos. Mantener la espalda recta, los hombros relajados y evitar encorvarse puede reducir la tensión en la columna lumbar.

Fortalecer los músculos de la espalda y el abdomen

Realizar ejercicios que fortalezcan los músculos de la espalda y el abdomen ayuda a proporcionar un mejor soporte a la columna vertebral, reduciendo el riesgo de lumbalgia. El Pilates y el yoga son excelentes opciones para nosotros. 

Levantar objetos correctamente

Siempre que necesitemos levantar algo pesado, es importante hacerlo con la técnica adecuada: doblando las rodillas, manteniendo la espalda recta y utilizando la fuerza de las piernas en lugar de la espalda para levantar el peso.

Evitar el sedentarismo

Permanecer sentado por largos períodos de tiempo puede debilitar los músculos de la espalda y contribuir al desarrollo de lumbalgia. Es importante hacer pausas frecuentes para estirarnos y movernos, especialmente si nuestro trabajo implica estar sentados durante muchas horas.

Te podría interesar: cómo evitar y tratar el sedentarismo

Utilizar un calzado adecuado

El calzado que proporciona un buen soporte y amortiguación puede ayudar a reducir la tensión en la columna vertebral, especialmente si estamos de pie o caminamos mucho durante el día.

Practicar técnicas de manejo del estrés

Dado que el estrés puede contribuir a la tensión muscular y, en consecuencia, al dolor lumbar, es beneficioso incorporar técnicas de relajación en nuestra rutina diaria, como la meditación, la respiración profunda o el yoga.

Realizar ejercicio regularmente

Mantenernos físicamente activos, realizando ejercicios aeróbicos de bajo impacto como caminar, nadar o andar en bicicleta, nos ayuda a mantener la flexibilidad y la fortaleza muscular, lo que es esencial para prevenir la lumbalgia.

Sedentarismo, sobrepeso y lumbalgia mecánica

El sedentarismo y el sobrepeso son dos factores que pueden contribuir significativamente al desarrollo de lumbalgia mecánica. Pasar largas horas sentado, ya sea en el trabajo o en casa, puede debilitar los músculos de la espalda y hacer que nuestra columna vertebral sea más susceptible a lesiones y dolor. 

Además, el sobrepeso agrega una carga adicional a nuestra espalda, especialmente en la región lumbar, lo que puede acelerar el desgaste de los discos intervertebrales y las articulaciones.

Para aquellas personas que llevan una vida sedentaria o tienen sobrepeso, es crucial tomar medidas proactivas para reducir estos factores de riesgo. Incorporar actividad física en nuestra rutina diaria, adoptar una dieta equilibrada, y buscar la orientación de un especialista cuando sea necesario, son pasos importantes para prevenir la lumbalgia mecánica y mantener la salud de nuestra espalda.

Debemos recordar que 

La lumbalgia mecánica es una condición común que puede afectar nuestra calidad de vida, pero con el conocimiento adecuado y las medidas preventivas, podemos reducir significativamente el riesgo de desarrollar esta afección.

Comprender las causas y los síntomas de la lumbalgia mecánica nos permite tomar decisiones informadas sobre nuestro estilo de vida, desde cómo mantener una buena postura hasta la importancia de mantenernos activos y en un peso saludable.

Además, existen múltiples opciones de tratamiento y especialistas disponibles para ayudarnos a manejar el dolor y mejorar nuestra calidad de vida. Desde fisioterapeutas hasta médicos especialistas, hay un equipo de profesionales que pueden guiarnos en el camino hacia la recuperación y la prevención de futuros episodios de lumbalgia.

En última instancia, te recomendamos adoptar un enfoque proactivo y holístico en el cuidado de tu espalda. 

Ya sea a través de la prevención, el tratamiento o el manejo del dolor, cada pequeño esfuerzo que hacemos para cuidar nuestra columna vertebral cuenta, y nos acerca un paso más a una vida activa y sin dolor.