Densitometría ósea: en qué consiste y cómo se hace
En nuestra búsqueda de mantenernos saludables y prevenir enfermedades, a menudo escuchamos sobre la importancia de los huesos, pero solemos pasarlo por alto hasta que algo sale mal, como una fractura o un dolor persistente.
Sin embargo, cuidar de nuestros huesos es crucial para evitar complicaciones como la osteoporosis, y aquí es donde la densitometría ósea entra en juego.
Vamos a descubrir juntos qué es, para qué se utiliza, quiénes la necesitan y cómo debemos prepararnos para este examen.
¿Qué es la densitometría ósea?
La densitometría ósea, también conocida como absorciometría de rayos X de energía dual (DXA o DEXA), es una prueba médica que mide la densidad mineral de nuestros huesos. Esta prueba se centra principalmente en áreas como la columna vertebral, la cadera y, en algunos casos, el antebrazo.
Al medir la cantidad de minerales, especialmente el calcio, en nuestros huesos, los médicos pueden determinar si tenemos huesos saludables, si hemos perdido masa ósea o si estamos en riesgo de osteoporosis.
Es una prueba no invasiva y rápida que proporciona una visión clara de la salud de nuestros huesos, ayudando a prevenir fracturas y otros problemas asociados con la pérdida de masa ósea.
¿Para qué se utiliza la densitometría ósea?
La densitometría ósea se utiliza principalmente para:
Diagnosticar osteoporosis: Esta condición ocurre cuando los huesos se vuelven frágiles y propensos a fracturas. Detectar la osteoporosis temprano te permite tomar medidas para prevenir fracturas serias.
Evaluar el riesgo de fracturas: Además de diagnosticar osteoporosis, la densitometría ósea también te ayuda a evaluar si corres el riesgo de sufrir fracturas, incluso si aún no has perdido una cantidad significativa de masa ósea.
Monitorear el tratamiento de osteoporosis: Si ya estás recibiendo tratamiento para la osteoporosis, una densitometría ósea puede ayudarte a determinar si el tratamiento está funcionando y si tus huesos se están fortaleciendo.
Detectar otras afecciones óseas: Además de la osteoporosis, la prueba puede detectar osteopenia (una pérdida de masa ósea menos grave que la osteoporosis), así como condiciones que afecten la fortaleza y estructura de tus huesos.
¿Qué tipos de pacientes necesitan una densitometría ósea?
Aunque la densitometría ósea es más común en personas mayores, hay ciertos grupos de pacientes que podrían necesitar esta prueba, independientemente de la edad:
Mujeres postmenopáusicas
Después de la menopausia, las mujeres tienen un mayor riesgo de desarrollar osteoporosis debido a la disminución de estrógenos. La densitometría ósea es una herramienta clave para detectar y prevenir problemas antes de que ocurran fracturas.
Hombres mayores de 70 años
Aunque solemos asociar la osteoporosis con las mujeres, los hombres también pueden sufrir pérdida ósea, especialmente en la vejez. La prueba es útil para monitorear la salud ósea de los hombres mayores.
Personas con antecedentes familiares de osteoporosis
Si en tu familia hay antecedentes de osteoporosis o fracturas, es posible que tengas un mayor riesgo, por lo que la densitometría ósea puede ayudarte a prevenir complicaciones.
Personas que toman ciertos medicamentos
Algunos medicamentos, como los esteroides o ciertos tratamientos contra el cáncer, pueden afectar la densidad ósea. En estos casos, es recomendable monitorear la salud de tus huesos.
Personas que han tenido fracturas recientes
Si has sufrido una fractura, especialmente en la cadera o la columna, es posible que la pérdida de masa ósea haya contribuido al accidente, y la densitometría ósea puede ayudarte a identificar el problema.
Pacientes con trastornos alimentarios o con bajo índice de masa corporal
Si tienes un peso muy bajo o antecedentes de trastornos alimentarios también puedes estar en riesgo de perder densidad ósea y, por lo tanto, debes ser evaluado.
¿Cómo se hace la densitometría ósea?
El procedimiento para realizar una densitometría ósea es bastante simple y rápido. Generalmente, te acostarás en una mesa especial mientras una máquina de rayos X pasa sobre tu cuerpo.
Esta máquina emite dos rayos X de baja dosis, que son absorbidos en diferentes cantidades por los huesos y los tejidos blandos. La máquina mide la cantidad de rayos que atraviesan los huesos y, a partir de esa información, calcula tu densidad ósea.
El examen suele centrarse en la cadera y la columna, ya que son áreas donde las fracturas por osteoporosis son más comunes. Todo el proceso dura aproximadamente entre 10 y 30 minutos, y es indoloro.
¿Cómo debes prepararte para una densitometría ósea?
Prepararse para una densitometría ósea es sencillo. Aquí te damos algunos consejos para que todo vaya sin problemas:
Evita suplementos de calcio: Al menos 24 horas antes de la prueba, evita tomar suplementos de calcio. Estos podrían interferir con los resultados del examen.
Vístete con ropa cómoda: Es recomendable usar ropa suelta y cómoda, evita prendas con cremalleras o partes metálicas que puedan interferir con las imágenes de rayos X.
Informa sobre tus medicamentos: Si tomas algún medicamento regularmente, especialmente si estás bajo tratamiento por osteoporosis o cualquier condición ósea, infórmaselo al médico.
Comunica si estás embarazada: Aunque la radiación utilizada es mínima, si existe la posibilidad de que estés embarazada, es importante mencionarlo para que se evalúe si es seguro realizar el examen.
Beneficios de la densitometría ósea
Detección temprana de la osteoporosis
Uno de los mayores beneficios de la densitometría ósea es que permite detectar la osteoporosis en sus etapas iniciales, antes de que aparezcan fracturas.
Muchas veces, la pérdida de masa ósea es silenciosa y no presenta síntomas evidentes hasta que ocurre una fractura.
Con este examen, puedes saber si estás perdiendo densidad ósea incluso sin síntomas, lo que te da la oportunidad de actuar antes de que ocurra una lesión grave.
Monitoreo del tratamiento de osteoporosis
Si ya estás recibiendo tratamiento para la osteoporosis, la densitometría ósea permite evaluar la efectividad del mismo. Nos ayuda a saber si la pérdida ósea se ha detenido o si has comenzado a ganar masa ósea.
Esto es especialmente importante para ajustar el tratamiento en caso de que no esté funcionando como se esperaba.
Evaluación del riesgo de fracturas
A través de los resultados de la densitometría, puedes saber si estás en riesgo de sufrir fracturas, particularmente en áreas como la cadera, la columna y el antebrazo.
Esto es crucial, ya que una fractura, especialmente en personas mayores, puede tener consecuencias graves para la movilidad y la calidad de vida.
Prevención y planificación a largo plazo
Conocer tu densidad ósea te permite planificar medidas preventivas a largo plazo. Si se detecta una baja densidad ósea, puedes hacer ajustes en tu dieta, ejercicio y estilo de vida para fortalecer los huesos y evitar fracturas futuras.
Este tipo de prevención puede retrasar la progresión de la osteoporosis y mejorar tu calidad de vida en el futuro.
Identificación de otras condiciones óseas
Además de la osteoporosis, la densitometría ósea puede ayudar a detectar otras condiciones como la osteopenia, que es una disminución menos grave de la densidad ósea, pero que también puede ser un precursor de la osteoporosis.
Detectar estas condiciones te permitirá tomar medidas antes de que evolucionen hacia problemas más serios.
Examen rápido y no invasivo
A diferencia de muchos otros procedimientos médicos, la densitometría ósea es un examen rápido (normalmente dura entre 10 y 30 minutos), no invasivo y sin dolor.
No requiere inyecciones ni preparaciones complicadas, y no implica ningún tipo de cirugía o incisión.
Baja exposición a la radiación
Aunque se utiliza radiación para realizar la prueba, la dosis es extremadamente baja, mucho menor que la que se utiliza en una radiografía estándar.
De hecho, la cantidad de radiación a la que estarías expuesto durante una densitometría ósea es comparable a la que se recibe durante un vuelo en avión.

Riesgos de la densitometría ósea
Exposición a la radiación
Aunque la cantidad de radiación emitida durante una densitometría ósea es mínima, sigue siendo radiación. Aunque el riesgo es muy bajo, es importante limitar la exposición a radiación innecesaria, especialmente si ya has tenido múltiples pruebas de rayos X o tomografías computarizadas (CT).
Para la mayoría de las personas, el beneficio de realizar la densitometría supera con creces este riesgo, pero es algo que siempre debes considerar, especialmente en casos de pruebas repetidas o en personas jóvenes.
Limitaciones en pacientes embarazadas
Aunque la radiación en una densitometría ósea es baja, no se recomienda realizarla en mujeres embarazadas, ya que cualquier exposición a radiación durante el embarazo podría afectar al feto.
Si existe la posibilidad de embarazo, debes informar al médico antes de realizar el examen. En estos casos, se buscarán alternativas para monitorear la salud ósea sin poner en riesgo al bebé.
No detecta todas las fracturas o problemas óseos
La densitometría ósea mide la densidad mineral de los huesos, pero no detecta otros problemas óseos como fracturas por estrés, que podrían no estar asociadas con una baja densidad ósea.
Además, aunque es eficaz para medir la densidad ósea en la cadera y la columna, otras áreas del cuerpo donde también pueden ocurrir fracturas podrían no ser evaluadas con esta prueba.
Resultados falsos positivos o negativos
En algunos casos, los resultados pueden no ser completamente precisos. Un falso positivo podría indicar que tienes osteoporosis cuando en realidad no es así, lo que podría llevarte a recibir un tratamiento innecesario.
Por otro lado, un falso negativo podría no detectar una baja densidad ósea en una etapa temprana, retrasando el tratamiento. Factores como el equipo utilizado y la experiencia del operador pueden influir en los resultados.
No proporciona una visión completa de la salud ósea
Aunque la densitometría ósea es excelente para medir la densidad mineral, no proporciona información sobre la calidad ósea o la arquitectura interna del hueso, que también son factores importantes para la salud de los huesos.
Esto significa que puedes tener huesos que aparentan estar densos, pero que aún son frágiles debido a problemas estructurales.

Preguntas frecuentes sobre la densitometría ósea
¿Con qué frecuencia debo hacerme una densitometría ósea?
Generalmente, se recomienda hacerla cada dos años, especialmente si ya tienes un diagnóstico de osteoporosis o si te encuentras en un grupo de riesgo. Sin embargo, esto puede variar según tu condición de salud y las indicaciones de tu médico.
¿La densitometría ósea duele?
No, es un procedimiento completamente indoloro. Solo tendrás que permanecer inmóvil durante unos minutos mientras se realiza la exploración.
¿Puedo hacerme la densitometría ósea si estoy embarazada?
Si estás embarazada o crees que podrías estarlo, debes informar al médico. Aunque la radiación es mínima, normalmente se evita realizar esta prueba durante el embarazo.
¿Cuánto cuesta una densitometría ósea?
El costo puede variar según la ubicación geográfica y si se hace a través del sistema público o privado de salud. En algunos casos, está cubierta por seguros médicos, especialmente si eres parte de un grupo de riesgo.
¿Qué debo hacer si mis resultados indican baja densidad ósea?
Si tus resultados muestran una baja densidad ósea, no te alarmes. El médico puede recomendarte cambios en tu estilo de vida, como una dieta rica en calcio y vitamina D, ejercicios de fortalecimiento y, en algunos casos, medicamentos para fortalecer los huesos.
Conclusión
La densitometría ósea es una herramienta clave para monitorear la salud de nuestros huesos, especialmente a medida que envejecemos o si estamos en riesgo de osteoporosis. Es una prueba sencilla, indolora y eficaz que nos permite tomar el control de nuestra salud ósea y prevenir complicaciones a largo plazo.
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